Columna


Dormir, caminar, orar

RICARDO VÉLEZ PAREJA

12 de septiembre de 2016 12:00 AM

Muy  importante en la vida es el descanso cotidiano a través del sueño. Esta actividad forma parte de la existencia de todos los seres humanos. Es recuperar buena parte de la energía  desgastada durante el día  en las ocupaciones cotidianas, en el trabajo, en las actividades culturales, en exposiciones de pintura o esculturas, conferencias sobre temas vitales, sobre las artes, el diálogos y conversaciones sobre temas relacionados con las artes plástica, o sobre películas de calidad, o diálogos sobre la historia o la literatura, o sobre las disertaciones que se hacen sobre las películas que tengan buena calidad artística o sobre aquellas que son un fracaso como películas comerciales que no tienen los suficientes elementos artísticos, todo ello forma parte del quehacer cultural de nuestros pueblos.

Yo, ya me he acostumbrado a dormir lo suficiente para levantarme temprano – entre cuatro y cinco de la mañana y lo primero que hago es agradecerle a Dios por mi salud, la de mi esposa, la de mis hijos, mis nietos y mis hermanos que todos están vivos. Después de esos agradecimientos, entonces hago la siguiente oración:  “Oh Jesús, ayúdame a esparcir tu fragancia/ y tu energía cósmica divina/ a donde quiera que vaya/ inunda mi alma y mi cuerpo de espíritu y de vida/ penetra y posee todo mi ser/ hasta el punto/ de que todos los que entren en contacto conmigo/ sientan tu presencia en mi cuerpo y alma/ haz que todos los que me vean/ ya no me vean a mí/ sino a ti  oh señor/ porque eres tu  quien tiene la luz y no yo/ por todo los anterior/ Te doy gracias por todas tus bendiciones”.

Después de eso, mientras camino, voy ejercitando la memoria por ejemplo con el bolero “Todo me gusta de ti” y dice así. “Cantando/ quiero decirte lo que me gusta de ti/ las cosas que me enamoran y te hacen dueña de mí/ Tu frente, tus cabellos y tu rítmico andar/ el dulce sortilegio de tu mirar/ Me gusta todo lo tuyo/ todo me gusta de ti/ y ya no cabe más adoración en mí/ me basta lo que tengo para darte mi dulce amor/ Ven a mí, Ven a mí por Dios”.

O ese hermoso bolero de Agustín Lara que se llama “PECADORA” que dice así: “Divina claridad/ la de tus ojos/ diáfanos como gotas de cristal/ Uvas que se humedecen con sollozos / Sangre y sonrisa juntas al mira/ ¡Sangre y sonrisas juntas al mirar/ ¿Por qué te hizo el destino/ Pecadora/ sino sabes vender el corazón/ porque pretende odiarte/ quien te adora/ ¿porque vuelve a quererte/ quien te odio/ Si cada noche tuya es una aurora/ si cada nueva lagrima es tu sol/ ¿Por qué te hizo el destino pecadora/ si no sabes vender/ el corazón.

Abogado
rvelezparejayahoo.com.co

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