Columna


Economía, también de mal en peor

RAFAEL NIETO LOAIZA

07 de mayo de 2017 09:46 AM

Este presidente, el que ha tenido el apoyo incondicional y acrítico de casi todos los medios por ser sus colegas, sus parientes, ideológicamente afines, o por mermelada, cree que el asunto es cuestión de imagen y de problemas de comunicación. Más aún, se atrevió a pedirle a los empresarios que llamen a los medios para presionarlos.

Me temo, sin embargo, que no habrá tales llamadas porque los primeros en estar conscientes de que la realidad económica es muchísimo peor que la colorida y fantasiosa que pretende vender el Gobierno son los mismos empresarios. Veamos: a) el crecimiento proyectado del PIB para este año no será de 2,4%, ya muy regular, sino apenas de un raquítico 1,7 o 1,8%; b) la producción manufacturera cayó un 1,7%, si se incluye la refinación petrolera. Si se excluye, la caída es aun peor: 2,8%. La diferencia de 1% es engañosa porque no mide los miles de millones de dólares perdidos por mala gestión y por corrupción en Reficar y que nunca serán compensados por mayor refinación; c) en enero y febrero el consumo interno cayó un 4,7%, por el aumento del IVA, como habíamos advertido algunos, y de la menor confianza de los consumidores. La gente tiene menos dinero en los bolsillos y está temerosa por el curso de la economía, por los impactos institucionales de los acuerdos con las Farc y por las incertidumbres que generó implementarlos a las patadas por parte del Gobierno; d) la deuda externa se triplicó en los últimos siete años y llega a escandalosos 121.097 millones de dólares, nada menos que el 39% del PIB que, para rematar, hay que pagar a tres mil pesos el dólar; e) la inflación en el 2016, el peor impuesto para los pobres, fue del 5,75%, casi el doble de la meta del 3% del Banco de la República, y estuvo por encima del 7% donde más gastan los pobres: salud, alimentos y educación. Entre la inflación y el aumento del IVA, el aumento del salario mínimo se fue por donde vino; f) ninguna de las 167 entidades estatales evaluadas por Transparencia Internacional está en bajo riesgo de corrupción. Ni una sola. Todas están en riesgo mayor. Estamos en el puesto 90 entre 167 países y retrocedimos 12 puestos desde el 2010; g) por primera vez en tres lustros la pobreza aumentó, del 27,8 al 28%, y la indigencia seis, del 7,9 al 8,5%. Mal contados, casi tres de cada diez colombianos es pobre y uno más es indigente.

La situación no se arregla con mejor comunicación ni con amenazantes llamadas a los medios, sino con acciones enérgicas que ataquen la corrupción, vuelvan a la austeridad y disminuyan la burocracia y el gasto público, le devuelvan el dinero a los ciudadanos, y le den confianza y seguridad jurídica a los empresarios. Hay que corregir el rumbo, porque como vamos, vamos muy mal y con tendencia a empeorar.

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