Al final del 2016 me encontré con un interesante artículo escrito por Robert Skidelsky, profesor de economía política en la Universidad de Warwick (Inglaterra), con el sugestivo título que encabeza esta columna. El profesor Skidelsky aborda un tema que ha sido parte del debate de nuestra profesión: el camino que tomó la formación de los economistas en los últimos años. He sido testigo, en las décadas que llevo ejerciendo la profesión, de la manera en que la modelación matemática ha dominado la economía. Esto ha sido un gran aporte porque permite medir y predecir ciertos comportamientos económicos. Sin embargo, comparto la preocupación de Skidelsky en el sentido que la matemática debe ser el medio pero no el fin de la profesión.
La idea fundamental es que la formación del economista se ha fortalecido utilizando modelos matemáticos, algunas veces basados en supuestos discutibles, para explicar el comportamiento económico, con mucho énfasis en la solución de ecuaciones matemáticas. Eso ha ido en detrimento de otras herramientas mentales para entender el panorama completo a partir de una formación integral que contemple cursos de otras disciplinas como la historia, la sociología o la sicología. Muchas veces se tropieza uno con economistas jóvenes con una excelente formación en modelación matemática pero que son incapaces de poder explicar la intuición detrás del comportamiento previsto por el modelo.
Skidelsky señala cómo los economistas consideran que pueden hacer preciso algo vago y están convencidos de que la economía es una disciplina superior a las otras porque la objetividad del dinero permite medir las fuerzas históricas de manera exacta y no aproximada. La economía es vista como una maquina en donde se ven los problemas económicos como esencialmente matemáticos.
No debe olvidarse que la economía es una ciencia social en la cual el objeto de análisis es el individuo. Para poder modelar el comportamiento de las personas se requiere asumir patrones que no necesariamente permiten una interpretación acertada de las tendencias económicas. Por ejemplo, los modelos parten del supuesto de que los individuos son racionales. Sin embargo, en el terreno se pueden ver algunos comportamientos poco racionales en los individuos.
Es aquí donde las facultades de economía deben estar preparándose para entregar profesionales con una formación integral, lo que les permitiría entender mejor el comportamiento de los agentes económicos. Este es un tema que debe debatirse y que deben considerar las facultades de economía.
jbonetmo@banrep.gov.co
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