Columna


Edmundo López Gómez, un liberal socialdemócrata

EDUARDO VERANO DE LA ROSA

28 de julio de 2015 12:00 AM

La cruda tragedia de la vida humana se resume en la sentencia del sabio latino Publio Terencio: “Todo lo que nace merece perecer”. La vida presupone el retiro de la vida, pero hay quienes dejan huellas y son más significativos en sociedades como la nuestra, con conflicto armado, desigualdad e intolerancia. Una de esas personas fue Edmundo López Gómez.

Abogado de provincia, de la Universidad Nacional, intelectual de la Región Caribe, luchador por los derechos históricos de la región, partió y deja una herida profunda en Colombia. Pero nos entregó un modelo de lo que debe ser un buen ciudadano y un político a carta cabal.

Recordarlo es saber lo que significa ser un liberal socialdemócrata en nuestro país, porque eso representó su prolija y justa existencia. Se caracterizó por su entrega a los más débiles y por luchar por las libertades civiles y políticas. También se dedicó a crear las condiciones para superar el conflicto armado e identificó la justicia social y la tolerancia como herramientas.

López Gómez le recuerda a uno la poesía de Miguel Hernández, en especial “Para la Libertad”. Esos versos bellos que él conoció, resumen el espíritu que guió su vida. Para la libertad, sangró, luchó y pervivió. Sus manos y sus ojos, como un árbol carnal, confraternizaron con los colombianos, y no sólo defendió a su provincia sino que apoyó la autonomía de la Región Caribe.

De su tradición, heredó el amor por las ideas liberales, descendía de un árbol familiar con los postulados federalistas y liberales del general Rafael Uribe Uribe, ideas que entendió, como el amor infinito por la democracia y la libertad.

Su mente liberal y socialdemócrata iluminó al Partido Liberal Colombiano (PLC), y a las huestes de la Internacional Socialista. Fue provinciano, autonomista regional con visión universalista. Se negó a que el PLC dejase de ser lo que lo tornó grande en Colombia: su política a favor de los débiles y el apoyo y la lucha por las libertades y en contra del autoritarismo. Fue todo un intelectual humanista.

Trabajé muy cerca de él en transformar el PLC, lo que llevó a elaborar su plataforma ideológica y estatutos. Allí su templanza y constancia, y su espíritu de partido le permitió ver cómo su lucha por la vigencia de los nuevos estatutos socialdemócratas fructificó, y la justicia contenciosa administrativa ordenó recuperar su vigencia para la vida democrática del PLC.

El PLC, la Región Caribe y la democracia tienen en esta vida ejemplar un norte para guiarse. Las dignidades estatales las ejerció con rigor, brillo y honradez. Su fina pluma siempre alumbró los amaneceres, en especial cuando noches infames destruían nuestra nación colombiana. En él encontré un excelente compañero. Paz en su tumba y que las generaciones futuras respeten su nombre.

EDUARDO VERANO DE LA ROSA
ginaaaron2810@gmail.com

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