Columna


Educación e inclusión financiera

LUIS FERNANDO CRUZ

25 de septiembre de 2016 12:00 AM

Varios hemos soñado con un país en paz, en el que prime el diálogo, la confianza, la convivencia, el respeto y la tolerancia.

Firmar el acuerdo es el inicio de un largo proceso de construir la paz, es la oportunidad para saldar la deuda con el campo, así como para fortalecer el acompañamiento a productores, pequeños, medianos y grandes con asistencia técnica, inversión y financiamiento.

Vivimos un momento histórico privilegiado, que no podemos ignorar, con desafíos y nuevas formas de relacionarnos como sociedad, avanzando hacia un país más maduro, en el que con la sociedad democrática y la economía de mercado, luchemos por ser más incluyentes, superar la pobreza, el hambre y la inequidad.

Entre los beneficios de empezar a construir este proceso de paz el 2 de octubre, está un crecimiento del 20% en el sector industrial, unos 250.000 nuevos empleos en el sector agrícola y la producción de 700.000 toneladas de alimentos adicionales, como lo destacó la ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture.
También será Colombia más atractivo para la inversión extranjera, con más confianza y recursos económicos en torno a proyectos forestales, agropecuarios y agroindustriales, en los que desde Fiduagraria jugaremos un papel importante en atraer, administrar y ejecutar dichos recursos para el desarrollo del campo.

En este contexto, invertiremos nuestra experiencia y conocimiento en educación e inclusión financiera como sinónimos de paz. Herramientas potentes, sin duda, para tender lazos de construcción conjunta y de beneficio recíproco con sectores tradicionalmente lejos de la institucionalidad. Los avances en digitalización de la economía y en los servicios financieros pueden servir de imán para incluir también socialmente a miles de compatriotas, y particularmente los de ciudades intermedias, sector rural y sector rural disperso.

Seguiremos promoviendo también el conocimiento, el acceso y uso de productos financieros como los fondos de inversión colectiva, para un acercamiento asertivo y pedagógico a potenciales clientes, lo que desafía a la institucionalidad financiera en general.

Firmes en nuestro propósito de ser semilla de inversión, seguiremos con mística y dedicación, para que desde la educación e inclusión financiera, la paz que empieza sea una realidad, para que con prosperidad y equidad, puedan disfrutar esta y las siguientes generaciones. Como lo dijo el presidente Santos, se constituye además en punto de encuentro para construir y reinventar entre todos un mejor país, así como tener un campo en el que se siembre y se viva la paz.
*Presidente Fiduagraria

 

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