Columna


Educar y crecer

RUDOLF HOMMES

15 de febrero de 2015 12:01 AM

En mi columna de El Tiempo (15 de febrero) me refiero a un problema del sector educativo que contribuyó a una falla del mercado que afecta empresas desarrolladoras de software, a ingenieros de sistemas y a los jóvenes que podrían ser codificadores para dichas empresas y no lo son.

Este problema tiene componentes no solo del Ministerio de Educación sino de otros ministerios, en este caso al MinTIC, el de Comercio Exterior y el de Trabajo. Casi le viene como anillo al dedo a este último ya que ha dado palos de ciego para crear empleo para jóvenes aunque hay una demanda insatisfecha de 30000 puestos según Paola Restrepo, de FEDESOFT, el gremio de desarrolladores de software y de aplicaciones (El Espectador, febrero 2 de 2015, p.12).

No es inusual encontrar ingenieros civiles haciendo de topógrafos. También es evidente ese problema en el sector de salud y hasta en el legal pues en lugar de auxiliares se emplean abogados en las empresas y en los juzgados para labores rutinarias y administrativas. El desempleo de jóvenes puede obedecer a información insuficiente e inadecuada, o a falta de capacitación en competencias específicas.

Hay un hueco en la institucionalidad de la formación de personal calificado que no llenan el SENA ni las universidades. Hacen falta carreras cortas de alto nivel tecnológico para la demanda insatisfecha de las empresas de varios sectores, y convencer a los padres de familia de que la educación universitaria no siempre es el camino para los jóvenes, o de que la pueden hacer por etapas ingresando más rápidamente al mercado laboral a llenar puestos que ya existen, generando ingresos para financiar más adelante sus estudios superiores, si necesitan hacerlo. Para que esto funcione, el Ministerio de Educación debe crear los mecanismos y reglamentos para ingresar a las universidades en semestres avanzados, haciendo valer lo estudiado en otras instituciones especializadas de rango inferior pero de alta calidad. 

En las universidades hay que crear competencias claves para el futuro desarrollo económico y el crecimiento. Este propósito y cómo llevarlo a cabo deberían ser componentes importantes de la política educativa. Examinando el Balance Sector Industrial 2011 del DNP, coordinado por Daniel Mitchel, se ve que los sectores más estratégicos para facilitar el crecimiento industrial como los de producción de maquinaria, productos electrónicos, productos químicos y farmacéuticos (biotecnología) son los más alejados de la canasta exportadora de Colombia, indicando que hay grandes falencias que impiden desarrollar esos sectores, y estas falencias tienen un componente específico en el área de conocimiento que requeriría intervención gubernamental para reorientar a las facultades de ingeniería y de ciencias naturales para responder mejor a las necesidades del desarrollo.  

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