Columna


El académico y el síndrome

DARÍO MORÓN DÍAZ

01 de junio de 2013 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

01 de junio de 2013 12:00 AM

En Sesión Solemne de la Academia de Medicina el médico pediatra Libardo Diago Guerrero fue recibido como Miembro Honorario. En ese evento presentó un interesante trabajo investigativo de notable impacto epidemiológico en la salud de la mujer que ingiere alcohol durante el embarazo, el daño que sufre el feto y finalmente el niño, si se produce el alumbramiento.
Aristóteles afirmaba que los hijos de padres alcohólicos eran débiles mentales; igual observación se venía sosteniendo desde  la antigüedad griega. Sólo a partir de 1968 Lemoine y colaboradores lo catalogaron como un síndrome: conjunto de signos y síntomas que aparecen en el feto que ha estado expuesto al alcohol durante el período prenatal. En 1973, Jones y colaboradores lo describieron como: Síndrome Alcohólico Fetal.
Antes de esas fechas no se tenía certeza del efecto deletéreo del alcohol en el feto en razón a que se afirmaba que éste no pasaba a la placenta. Al desvirtuarse esa afirmación se prestó más atención a las mujeres embarazadas que ingerían alcohol. Es evidente que el alcohol atraviesa la placenta y llega a un feto inmaduro que no puede metabolizarlo, como sí ocurre en el adulto. El nivel de alcohol de la sangre en el feto es aún más elevado que en la madre y permanece durante más tiempo ocasionándole daños permanentes.
El síndrome alcohólico fetal es una de las causas de retraso mental más común en niños de madres que ingieren alcohol durante el embarazo. Los niños nacen con bajo peso, menor estatura, y no alcanzan un desarrollo normal si se comparan con los niños sanos. El pediatra al examinarlo encuentra que tiene ojos pequeños, nariz corta, mejillas pequeñas y planas. Muchas veces están afectados por malformaciones cardíacas, daños articulares, renales, sordera, paladar hendido, fisura palatina, cerebro anormalmente  pequeño e inclusive con ausencia de ciertas estructuras, lo cual los predispone a que sean epilépticos.
Estos niños no coordinan bien sus movimientos, tienen poca capacidad de atención y experimentan problemas de conducta. Los afectados por el síndrome tienen un menor grado de inteligencia, problemas de conducta, hiperactividad, agresividad, destructividad, falta de atención y nerviosismo.
El académico llama la atención sobre el Síndrome Alcohólico Fetal: “Definitivamente es un problema de salud pública que ignoramos, olvidamos o somos indiferentes a pesar de que es la forma más prematura de maltrato infantil de invalidación o conflicto personal o social”.
Este trabajo investigativo del Miembro Honorario Diago Guerrero, como tantos otros de su autoría, es una contribución más que muestra el valor humano de quien como él, ha hecho del ejercicio de su profesión un apostolado digno de enaltecer.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

dmorond@gmail.com

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