Columna


El desafío

CÉSAR PIÓN GONZÁLEZ

20 de septiembre de 2016 12:00 AM

Desde el año 2012, la bancada de la U está solicitando a los gobernantes de Cartagena implementar un proceso urbano de paz que permita dedicarse exclusivamente a la violencia local; pero hemos sido ignorados.

La idea es desmovilizar pandillas con base en un plan integral y realizar un buen manejo de la inversión social para la juventud, hoy disperso en secretarías. A gritos requerimos un centro de rehabilitación para adictos y la adecuación de los establecimientos carcelarios, política que debe ir acompañada de ingredientes educativos y laborales apoyando la descentralización del Colegio Mayor de Bolívar con tres modernas sedes repartidas en la ciudad, cuya cobertura esté sobre los 20.000 cupos.

El distrito debe ayudar en la formación de los oficios asociados al turismo como camareras, meseros, botones, recepcionistas, por solo mencionar algunos ejemplos.

Recordemos que de los 426.000 empleos de la ciudad, 139.483 los produce el turismo y solamente en el primer trimestre de 2015, el incremento fue de 16.472 vacantes.

Con los últimos hechos delictivos ocurridos en esta capital, solicitamos a los órganos de control mostrar los resultados de las cámaras de Distriseguridad, compra, mantenimiento y ubicación, que hemos denunciado en nuestro ejercicio como concejal en debates ante Personería y Contraloría. No conocemos el primer judicializado ni responsabilidades disciplinarias por las cuantiosas inversiones realizadas en estos equipos de grabación.

Razón tiene el columnista Carlos Villalba al decir; “La ocurrencia de Osama Bin Laden demostró la vulnerabilidad del país con las fuerzas regulares más completas y poderosas de la Tierra y con los servicios de inteligencia más acuciosos y sofisticados de la historia”.

Ahora en Cartagena, sin política urbana de paz, sin el control a los hermanos venezolanos que terminan siendo incorporados por pandillas, y sin herramientas (cámaras-helicópteros-Inmigración-inversión social), el accionar delincuencial ahora será en sitios impensados donde habrá una gran afectación sobre los turistas.

Para la firma de la paz en Cartagena, hay que pedir del gobierno nacional como requisito innegociable inversiones en lo que respetuosamente hemos dicho. Exigimos resultados de las cámaras de vigilancia y la implementación de un plan integral de seguridad.

Alcalde, usted y nosotros, a amarrarnos fuerte el cinturón.

 

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