Hace 7.000 años, en pleno Neolítico, se incrementaron las lesiones traumáticas del cráneo, muy seguramente producidas por piedras o armas. En esa era aciaga tales lesiones se trataban con orificios o trepanaciones en el cráneo. Trece cráneos perforados encontrados en China, con agujeros redondos o cuadrados, confirman que la craneotomía, una cirugía de cráneo, era practicada hace milenios con un éxito que hoy desconocemos.
El epiléptico fue estigmatizado por siglos. Incluso en la Biblia se le consideró poseído por el demonio. A pesar de que muchos artistas famosos del medioevo y el renacimiento padecieron la enfermedad, el epiléptico fue segregado en demasía hasta bien entrado el siglo XX.
Un 11 de septiembre de 1964, de la mano visionaria del doctor Jaime Fandiño Franky, nació la Liga Colombiana contra la Epilepsia y cuatro años después nació la Fundación Instituto de Rehabilitación para Personas con Epilepsia (FIRE). Desde entonces ha realizado miles de cirugías del sistema nervioso y más de 900 cirugías de epilepsia, procedimiento en el cual son líderes en el mundial. La Fundación Centro Colombiano de Epilepsia y Enfermedades Neurológicas Jaime Fandiño Franky, una institución sin ánimo de lucro, con novedosas instalaciones sistematizadas, ha servido durante más de medio siglo para el estudio y prácticas a estudiantes de pregrado y postgrado de medicina, enfermería, neurología y neurocirugía y se ha convertido en uno de los mejores centros de epilepsia de América Latina.
El doctor Fandiño, maestro de generaciones de médicos, neurólogos y neurocirujanos, es un icono de la medicina colombiana y la neurocirugía mundial. La leyenda urbana, surgida del legítimo día a día, cuenta que el doctor Fandiño llegaba con el alba al FIRE, revisaba pacientes, realizaba procedimientos desde los más sencillos a los más complejos, impartía cátedra a todos por igual y terminaba labores bien entrada la tarde y, en veces, la noche. De allí partía a su consultorio privado, en Bocagrande, donde terminaba cerca de media noche para salir en volandas a su residencia en Turbaco donde alcanzaba a descansar un par de horas para reiniciar su febril actividad diaria. Así fue durante décadas. Solo así pudo construir tan maravilloso legado humano y científico. Uno de los grandes logros del FIRE fue desmitificar la enfermedad y permitirle un mejor vivir al enfermo y su familia al integrarlo a la sociedad.
Ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales por sus grandes contribuciones a la neurología y neurocirugía pero, sobre todo, a la calidad de vida y rehabilitación del epiléptico. De su obra podemos decir, como diría otro paciente, Emmanuel Kant: “La belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa”.
*Profesor Universidad de Cartagena
crdc2001@gmail.com
Comentarios ()