El próximo mes se va a celebrar una elección atípica para Cartagena. Atípica y crucial, no sólo por las circunstancias políticas de la ciudad, sino porque estamos ante una realidad de contrastes que nos obligan a actuar.
La actualidad de Cartagena es una gran contradicción: mientras somos una de las ciudades con mayor inversión extranjera y crecimiento económico, atravesamos una de las peores crisis institucionales y políticas de nuestra historia.
Por esta misma razón, como Presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio, es mi deber reiterar que la responsabilidad de sacar a Cartagena adelante es de todos, de los descontentos y de los satisfechos, de los que gobiernan y de los gobernados, de los actores públicos y de los privados; todos, desde el lugar que ocupen, están obligados a aportar para construir una mejor ciudad.
La participación ciudadana va más allá de votar bien y de defender intereses personales, así mismo no debe ser una voz que sólo se queja, sino de una conciencia que conoce el fondo de nuestros problemas, las formas de solucionarlos, pero con la creatividad e innovación de una ciudad con un potencial de crecimiento único y enormes cualidades estratégicas.
Conscientes de esta realidad, desde la Cámara de Comercio de Cartagena trabajamos para potencializar las condiciones de la ciudad y convertirla en el epicentro del desarrollo regional.
Diariamente nos esforzamos por el desarrollo empresarial, la competitividad, la formalización y la promoción de inversiones. Somos conscientes de que a final de cuentas la prosperidad social y el crecimiento sostenido sólo se logra si toda la población asume su responsabilidad y trabaja de manera conjunta hacia un mismo objetivo.
En ese sentido, en la Cámara estamos generando espacios de discusión para despertar el interés de la clase dirigente y de toda la población por la ciudad. Próximamente estaremos lanzando un Centro de Pensamiento Estratégico, cuyo objetivo no es otro que generar espacios de integración y análisis, alejados de intereses políticos, para delinear unas metas de desarrollo para que sean asumidas por todos aquellos que trabajan y están interesados en nuestra ciudad. Las proyecciones que se determinen en este espacio aportarán sin duda a la construcción de un futuro sostenible y eficiente, pero sobre todo de consenso.
Debemos aprovechar la coyuntura política, la llegada de un nuevo mandatario, para que, conjuntamente y sin intereses mezquinos, construyamos un proyecto unificado de ciudad porque la situación no da espera.
Ha llegado el momento de que asumamos el liderazgo requerido y posicionemos conjuntamente a Cartagena como el verdadero polo de desarrollo del Caribe colombiano. Sin duda, las condiciones están dadas, sólo es cuestión de aprovecharlas.
jdiaz@cccartagena.org.co
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