La semana pasada visitó a Bogotá el premio Nobel de economía 2015, Angus Deaton. Su carrera ha estado centrada en la salud, el bienestar y el desarrollo económico, con énfasis en la medición de la pobreza y en los determinantes del estado de la salud de la población en países pobres y ricos. La presencia de Deaton en Colombia es una buena oportunidad para conocer algunos de sus postulados y cómo podrían aplicarse en nuestro país.
Uno de los libros más populares de Deaton es “El gran escape”. El título lo tomó de una película acerca de un grupo de hombres que escaparon de un campo de prisioneros durante la segunda Guerra Mundial. Para Deaton, la humanidad ha tenido un “gran escape” porque pasó de una vida corta con muchas privaciones a una con una mayor esperanza de vida y mejor bienestar. Pero aún subsiste un número importante de individuos que no lograron el “gran escape” y que deben ser el centro de la política pública.
Deaton dice que la desigualdad es consecuencia del progreso porque no todas las personas aumentan sus ingresos a la misma velocidad y tampoco tienen igual acceso a los medios para preservar la vida (agua potable, vacunas, saneamiento básico y nuevas medicinas, entre otros). Las desigualdades pueden afectar el progreso de manera positiva o negativa. Por ejemplo, niños con los beneficios de la educación pueden verse motivados a asistir a las escuelas. Pero también puede suceder que los que escapan usen sus influencias para evitar que otros logren hacerlo.
Un postulado de Deaton es que la desigualdad no es solo en el ingreso sino en variables como la salud: el progreso en la medicina crea brechas en salud tan grandes como el progreso material crea brechas en los estándares de vida. A pesar de que hoy tenemos vacunas y antibióticos que evitan la muerte de niños, muchos mueren por no tener acceso a ellos. En muchas ciudades las personas con altos ingresos se curan en hospitales modernos, pero a unos kilómetros de distancia algunos niños mueren de desnutrición y enfermedades fácilmente prevenibles.
Al definir políticas, Deaton recomienda concentrarse en las personas y no en los promedios que solemos usar los economistas. Además, destaca la necesidad de una buena información para diagnosticar el problema. En algunos casos los datos existentes no son adecuados para formular una política pública y comprometen implementarla y evaluarla. Mejorar los sistemas de información es una de las tareas pendientes en muchos países.
jbonetmo@banrep.gov.co
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