Columna


El mar de la indiferencia

JOSÉ WILLIAM PORRAS

22 de septiembre de 2018 12:00 AM

Los colombianos no solo somos privilegiados por tener costas al lado del mar, no, somos privilegiados porque tenemos dos océanos que bañan nuestras costas, Caribe y Pacífico. Pero como dice el dicho, al que más le dan menos le importa, y nos hemos caracterizado desde la misma independencia por mantener en el olvido nuestros mares, desconociendo su importancia y no solo por el mismo pueblo, sino por el Estado colombiano, que ha mirado más hacia el interior que hacia el exterior.

El océano, ocupando casi tres cuartas partes de la superficie de la tierra, ofrece grandes oportunidades y se constituye en la parte más esencial para la vida terrestre por contener la mayor cantidad de recursos renovables y no renovables; todas las formas de vida del planeta han sido asociadas con los mares y a lo largo de la historia se evidencia que las grandes civilizaciones emergieron y evolucionaron a la orilla del mar, empleando y explotando el océano como fuente de riqueza.

Los mares no solo separan los continentes, sino que, al ser un medio natural, permite el transporte de grandes cargamentos, vinculan en forma efectiva el comercio entre países. Los países asiáticos, europeos y en América del Norte, tienen como prioridad el uso del mar, son potencias mundiales en todos los ámbitos. Nosotros, que llegamos a contar con una flota mercante, desapareció totalmente. Igualmente el potencial de recursos energéticos como petróleo y gas, hasta ahora está recibiendo atención del Estado.

Recientemente perdimos 75.000 km²  del Caribe con Nicaragua ante el fallo de la Corte Internacional de Justicia, del 19 de noviembre de 2012. Pero no contenta con eso, ahora pretende una plataforma continental extendida de 350 millas y que prácticamente llega frente a las costas continentales de Colombia en el Caribe.

En el prólogo del libro, Una luz en el túnel, escrito junto al vicealmirante (RA) Luis Fernando Yance, Juan Gossain describió nuestra ceguera con el mar: “A la manera de los pequeños liliputienses de aquella historia inolvidable, escrita por Swift, parece que nosotros tampoco nos hemos dado cuenta de la presencia del mar, ese gigantesco Gulliver que duerme a nuestro lado, tan majestuoso y magnífico que Neruda escribió: ‘El mar es la piel del universo’ ”.

Esperamos que este nuevo gobierno mire hacia afuera y desarrolle una política de Estado que cobije a todos los departamentos costeros atrasados en su desarrollo. El problema energético con Electricaribe, donde ahora se pretende subsanar sus problemas financieros aumentando el precio del kilovatio facturado, limitara aún más su desarrollo. Menos mal todos los gobernadores se pusieron de acuerdo y lo objetaron.

Esperamos que en lo que nos falte de este siglo, pasemos del mar de la indiferencia al mar del desarrollo.

“Esperamos que este nuevo gobierno mire hacia afuera y desarrolle una política de Estado que cobije a todos los departamentos costeros atrasados (...)”

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