Nuestra bella ciudad lentamente está naufragando, causado por dos fenómenos que la llevarán al fondo del mar y solo será recordada por lo que fue, pero no por haber sobrevivido a estos dos fenómenos.
El primero, la corrupción, fenómeno que ha afectado todas las esferas de la administración pública y entes de control de la ciudad. Los continuos descubrimientos que salen a la luz pública del poder corrupto carcomiendo las finanzas del erario público son tan alarmantes que dejan una tronera por donde entran los corruptos únicamente pensando en su beneficio personal mientras los barrios más pobres se inundan de necesidades sin solución por falta de recursos. En la época de la colonia, la ciudad era invadida por piratas y mercenarios en busca de los tesoros que los españoles sacaban de Colombia, Ecuador y Perú. Hoy es invadida por corruptos y mercenarios del concreto con el mismo fin buscando los tesoros públicos de la ciudad representados en todos los impuestos que pagamos los que vivimos aquí.
El segundo, y no menos importante, es el hundimiento de Cartagena causado por el cambio climático y otros fenómenos naturales, sin que la ciudad se prepare para prevenir sus efectos a corto plazo. Sobre este tema se han escrito varios artículos publicados por El Universal, por lo que no ahondaré en la parte científica, sino a la mirada indolente de quienes tienen la responsabilidad (Distrito y Gobierno nacional), de preservar la ciudad no solo como patrimonio histórico de la humanidad, sino que es uno de nuestros iconos y principal ciudad turística del país. Llama la atención que últimamente gremios, autoridades nacionales y locales, están dedicadas al proyecto para sacar de Cartagena a la Base Naval sin conocerse para dónde iría la nueva base, olvidándose el aporte y beneficios que constituye la base para la ciudad.
Cartagena históricamente ha sido marinera y la Armada Nacional ha sido protagonista desde la independencia cuando su máximo héroe, el almirante Padilla, selló la independencia de Colombia, Panamá y Venezuela en la batalla del Lago de Maracaibo. Me pregunto: ¿para dónde ira la base?, ¿cómo harán los más de 45.000 usuarios del Hospital Naval que está actualmente en la base?, ¿qué harán con el edificio que la administración distrital autorizó construir precisamente al inicio de los predios de la base al lado del batallón de Infantería de Marina?, ¿realmente alcanzan los recursos provenientes de los predios de la base para construir una nueva? y finalmente y lo más urgente es ¿por qué no se asignan los recursos para la defensa de costas, canales pluviales y otros que mitiguen el efecto del calentamiento global y que causará que todo lo proyectado y la misma ciudad termine bajo el agua?
Son inquietudes en beneficio de la ciudad.
Comentarios ()