Columna


El paciente es el médico

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

15 de agosto de 2013 07:23 PM

Nadie cura a nadie. Muchas veces los que nos decimos llamar médicos estamos más enfermos que nuestros propios  pacientes.

Lo anterior lo afirmo con base a un testimonio de una paciente que, con lágrimas en los ojos, explicaba como un médico dermatólogo la enfrentó, sin explicaciones, con la estigmatizada palabra cáncer, después de una impresión diagnóstica de un epitelioma baso celular.
Los que trabajamos en salud y el bienestar debemos ser guías y solo debemos indicar el camino por donde ir para encontrar la salida. En el mejor de los casos, aportamos recursos para que se pueda encontrar la salud y el bienestar, pero, léase bien, no lo producimos ni lo damos.
Es como la libertad que es un valor intrínseco de cada uno, de cada ser vivo. Nadie te la puede dar.
Así, también la salud y el bienestar son de cada uno y si se llegare a perder, el que los pierde tendrá que hacer algo para recuperarla.
Si ante cualquier planteamiento, pregunta, rechazo, crítica o comentario que nos haga un paciente, reaccionamos con orgullo o con soberbia, como dijo la paciente que la trató este colega, estaremos dirigiéndonos desde nuestra parte enferma a la parte enferma de nuestro paciente y así será muy difícil aportar bienestar y salud.
Siempre debemos dirigirnos desde nuestra parte sana si queremos aportar salud con un mensaje positivo, no destructivo, hacia la parte sana del paciente. La gran posibilidad de aportar fuerza, energía, relajación, bienestar está en dirigir nuestras acciones desde nuestra parte sana a la parte sana del paciente, para que se haga fuerte, tenga identidad propia y para que en el proceso de mejoría se vaya devorando la parte enferma.
Los médicos tenemos que aceptar que somos humanos y tenemos que aceptar que tenemos un amigo y un enemigo dentro y solo basta que uno de los dos se fortalezca para que destruya al otro.
No entendemos muchas veces los médicos que el solo hecho de saber qué tiene un paciente y además se lo digamos (la manera como se dice es muy importante) nos coloca en un sitio de poder.
Todavía muchos nos creemos que las letras MD significan medio dios y no Médico Diplomado. Estamos diciendo a los pacientes los motivos por los que sufre, por ejemplo, como si fuéramos Dios, o un mago, que con gran habilidad saca el conejo del sombrero.
Nuestro sitio de poder no debe ser el sitio en el que nos ponemos como “sanadores” para hablar de lo que vemos en los pacientes, porque eso es como desnudarlo psicológicamente con crueldad.
Todos los terapeutas, de todas las disciplinas, seamos médicos, odontólogos, enfermeras, etc.,  debemos tener en cuenta el momento oportuno y la manera más adecuada para comunicar, diagnosticar y analizar, porque el poder no nos da el protagonismo ni el conocimiento, sino la actitud humilde como expresemos el amor y sensibilidad  y ojalá, ante el paciente repitamos con San Pablo: “Nosotros somos siervos inútilesE.  

www.clinicadelapieladolfogomez.com
a_gomezagamez@hotmail.com
@A_GomezAgamez

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