Una de las obras de infraestructura más cuestionada, por su tamaño y por ser la más visible para usuarios de ingresos altos y generadores de opinión pública, pero no la única en la sarta de obras inconclusas y de pésima calidad que ha dejado el gobierno distrital anterior, es la remodelación del Paseo Peatonal de Bocagrande y Castillogrande, construido por las Empresas Públicas Municipales en 1997, cuando era alcalde el actual interventor, Edgardo Martínez Pareja. Coincidencia.
Cada ciclo de este proyecto generó preguntas: la decisión de hacerlo, sus diseños, financiarlo con recursos de regalías, la contratación, la ejecución y el seguimiento, a tal punto que requirió la visita nunca vista de un director del Departamento Nacional de Planeación a obra local similar para supervisarla, y exigir su conclusión y entrega final.
No fue tenido siquiera en cuenta el diseño para controlar mareas, que es una sentida necesidad de estos barrios de alto valor del metro cuadrado donde el agua salada ocupa sus calles, el cual incluía construir canales cerrados y estaciones de bombeo, y que fue dejado a la ciudad por la administración Pinedo Flórez.
Los pliegos trajeron las cartas marcadas con condiciones técnicas y económicas erráticas y difíciles de cumplir, lo que generaría posteriores sobretiempos y sobrecostos sobre los que quien resultara seleccionado no tendría responsabilidad. Se le asignó el contrato al único proponente por casi ocho mil quinientos millones de pesos y, como era de esperarse, tuvo un adicional de tres mil millones. Como fue recurrente durante la administración anterior, recayó para favorecer a la ingeniería de Barranquilla. En este caso, el ingeniero líder tenía la matrícula profesional suspendida, muy a pesar de existir una importante y responsable ingeniería local.
Los problemas de ejecución de los trabajos incluyen no cumplimiento de los plazos del contrato, parálisis por falta de liquidez y pago a los trabajadores y calidad deficiente en losas y bordillos que han sido mandadas a demoler por la interventoría. La ejecución demuestra que esta no era la firma con experiencia específica para realizar esta obra.
Se espera que este caso del Paseo Peatonal se estudie a fondo y, además de ser tomadas las medidas pertinentes por parte de los organismos de control, deje lecciones aprendidas sobre candidatos a la alcaldía que enloquecidos por serlo “venden” la futura administración a un buen postor. El apoyo y la financiación para la campaña electoral retornó con creces a la ciudad de origen y aquí nos quedamos viendo un chispero y esperando que algún día se termine el paseo millonario.
PERIÓDICO DE AYER
ALBERTO ABELLO VIVES*
albertoabellovives@gmail.com
Los pliegos trajeron las cartas marcadas con condiciones técnicas y económicas erráticas y difíciles de cumplir (...)
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