Amo a Cartagena y conozco muy bien sus realidades, buenas y malas. Por eso planteo, con el mejor ánimo constructivo, las que deberían ser sus seis prioridades:
1) Sacar de la política y de los negocios a tantos corruptos que desde hace muchos años se han robado impunemente los abundantes y crecientes recursos financieros de la ciudad. Las autoridades de control se tienen que poner las pilas en esta crucial misión. Y los medios de comunicación deben redoblar sus esfuerzos en sus valientes denuncias de las lamentables vagabunderías que desangran las finanzas públicas.
2) Reducir aceleradamente la gran desigualdad social, erradicando cuanto antes la pobreza extrema (de las más altas del país). Es una vergüenza que la ciudad con la finca raíz más valiosa del país, y con cuantiosos ingresos por concepto de turismo, industria y servicios, tenga tantos habitantes viviendo en condiciones infrahumanas.
3) Peatonalizar el Centro Histórico, como lo han hecho con gran éxito muchas ciudades de Europa. El Corralito de Piedra es un patrimonio de la humanidad que debe conservarse y embellecerse con especial esmero, razón por la cual prohibir la circulación de carros (con excepción de ciertas horas para la entrega de mercancías) es una medida imperativa que además mejoraría mucho la calidad de la experiencia no solo de los turistas sino de quienes habitan y laboran en ese maravilloso espacio.
4) Aumentar las ciudades de origen y las frecuencias de los vuelos internacionales directos a Cartagena, tarea en la que Proexport puede y debe jugar un gran papel.
5) Continuar consolidando a la ciudad como la capital de la cultura no solo de Colombia sino de la región Caribe, e incluso como una de las más importantes de Latinoamérica en este frente. El Festival Hay de Literatura, el Festival Salvi de música clásica y el Festival de Cine son tres excelentes ejemplos de la gran calidad de los eventos culturales que Cartagena ya demostró tener la plena capacidad de organizar. (El maestro Álvaro Restrepo debería hacer un Festival de Danza).
6) Reforzar el trabajo en equipo entre los empresarios, las universidades, los periodistas, los líderes culturales, los gremios y los servidores públicos, para que se pueda definir e implementar una agenda ambiciosa compartida que acelere el progreso social y económico de la ciudad. (En reciente visita a Cartagena me llevé una buena impresión sobre lo que se ha avanzado en este sentido, pero aún hay bastante terreno por recorrer en este proceso de estructurar una alianza poderosa y eficaz).
Cartagena es una de las ciudades que tiene mayores posibilidades de progreso en Colombia. Está en las manos de sus ciudadanos, y de sus líderes, decidir si aprovechan al máximo sus grandes fortalezas o si se dejan derrotar por sus debilidades.
M.Rodriguez@colombianembassy.co.uk
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