Columna


¡El tormento nuestro será Cuba!

JORGE DÁVILA-PESTANA VERGARA

16 de abril de 2015 12:00 AM

Descongelar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba iniciará la llegada de oleadas de inversionistas y turistas a la isla. El analista brasileño Gustavo Palomares calcula que arribarán sólo en el primer año, un millón de personas. El fin del bloqueo hará de la isla en el contexto del Caribe, el plato por excelencia. Las alarmas están encendidas y desde ya habrá que hacer planes de contingencia a mediano y largo plazo en el aspecto turístico.

Ante lo que se avecina, el presidente de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), Gustavo Toro, advierte que Cartagena debe abrir su oferta turística, que según él, alcanza para tres días, por lo que propone entonces completarla con otros destinos como Galerazamba, San Jacinto, Palenque y el volcán del Totumo.

La solución desde todo punto de vista es desatinada. Nada más equivocado. Más bien lo que hay que hacer es crear más atracciones que mantengan entretenido al turista, sin que salga de la ciudad. No es sólo bajar aranceles aeroportuarios, ni tampoco buscar otros destinos cercanos, sino también ampliar el abanico de diversiones de la ciudad.

En el 2005 escribí un artículo en este mismo medio, donde señalaba que la Heroica no debía dormirse sobre sus laureles, y sugerí hacer un espectáculo de agua, luz y sonido en la bahía de las Ánimas, amén de otras obras de ornamento que la embellecieran más. Estos espectáculos en todo el mundo dejan deslumbrados a propios y extraños. Rescatar además, al que se exhibía en el Castillo de San Felipe, donado por la empresa Philips, sería una opción acertada.

Hay que pensar en grande, y por supuesto, pensar en grande es invertir buenos recursos que la hagan más competitiva. El encanto de la Villa de Heredia no debe ser sólo mostrar murallas, ofrecer restaurantes, pasear en coche e ir a las islas del Rosario. Es también enriquecerla con obras de ornato. 

Erigir una estatua interactiva de Gabriel García Márquez, frente a su casa, sería un nuevo polo de atracción turística, y por supuesto de peregrinación intelectual. Otra de Adolfo Mejía, frente al Teatro Heredia le haría el verdadero homenaje al ilustre músico. Convertir el “lavadero de carros” del Tejadillo en un frondoso parque dedicado al Mar Caribe, revitalizaría de paso esa zona. Y por supuesto, cristalizar los proyectos de los museos para Grau y Obregón, brindarían más esparcimiento a los visitantes.    

Mas allá de la noticia del New York Times, que escogió a la isla como el segundo mejor destino del 2015 después de Milán, lo cierto es que a partir de ahora en adelante la “amenaza” cubana será nuestro tormento.

jorgedavilapestana@hotmail.com

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