Columna


El trágico destino de dos déspotas

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

19 de abril de 2015 12:00 AM

A fines de este mes se cumplen 70 años de la muerte de dos dictadores, íconos políticos en el siglo XX. El 28 de abril de 1945 fueron ejecutados Benito Mussolini y su amante Claretta Petacci y el 30 de abril de ese año, Adolf Hitler y su reciente esposa Eva Braun se suicidaron. La parte rosa de la historia es que Mussolini huyó con su amante y Hitler, en un ritual casi de “Bodas de Sangre”, se casó con Eva Braun antes de suicidarse.

Un resumen de esa histórica semana podría ser: ante la inminente derrota de las fuerzas alemanas en Italia, Mussolini huyó disfrazado de soldado germano y se unió a un contingente militar que escapaba a Suiza. Mussolini iba en un camión militar con Claretta, pero la caravana fue parada en un retén guerrillero que detuvo al dictador y a su amante y después de un juicio “express”, a  las 4 y 20 P.M. los fusilaron. Sus cadáveres fueron trasladados el 29 a Milán y arrojados en una plaza en la cual la gente los golpeó hasta convertirlos en informes masas sanguinolentas que más tarde colgaron en unos ganchos de carne para que fueran motivo de escarnio. 

En cuanto a Hitler, parece que desde el 22 de abril anunció su suicidio después de una agitada reunión en Fuhrerbunker, en la cual el dictador salió de la burbuja de irrealidad en que vivía, en este tétrico refugio subterráneo a 18 metros de profundidad. Ese día se hizo una reunión para evaluar la situación, en la cual el General Jold le dijo a Hitler la verdad: el ataque del general Steiner en el cual Hitler había fincado todas sus esperanzas, no se haría pues no había medios para  esta quimérica operación. Tras este episodio, Hitler se derrumbó y dijo: “La guerra está perdida”.

El 28 de abril, en cuanto se enteró de la muerte de Mussolini comento: “A mí no me cogerán ni vivo ni muerto”. Según la versión más aceptada sobre su muerte, el  29 de abril Hitler ordenó que envenenaran a “Blondi”, su perra, y se casó con su amante Eva Braun. El 30, comió a las  2 P.M., luego entró a su alcoba y a las 3:37 P.M. se suicidó. Los allegados del dictador, en cuanto oyeron el disparo, entraron al cuarto y lo vieron sentado en un sofá de tela, con los ojos abiertos, un orificio en la sien derecha y restos de una cápsula de cianuro en la boca.A su lado estaba Eva Braun quien se suicidó con cianuro. Presidía la escena un cuadro de Federico el Grande. 

Posteriormente Erich Kempa, chofer de Hitler, incineró los cadáveres.

El destino de los restos es un misterio. El 1 de mayo, a las 9:30 P.M., en Radio Hamburgo, tras de emitir trozos de óperas de Wagner y algunos acordes de la VII Sinfonía de Bruckner, un locutor anunció la muerte del Fuhrer. En fin, en las 48 horas entre el 28 y el 30 de abril de 1945, los dos dictadores murieron tras dejar una estela de destrucción y muerte.

*Columnista
menrodster@gmail.com

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