Columna


El trino

RUBÉN DARÍO ÁLVAREZ PACHECO

17 de agosto de 2013 12:00 AM

Confieso que hubiera preferido que el nuevo director del Datt, Kike González, se reafirmara en el trino en donde desea que Hitler masacre a  los champetudos de Cartagena.
Si la realidad de Cartagena fuera otra, creo que lo mejor que hubiera hecho González hubiese sido dar disculpas a las personas ofendidas con el trino, pero sin que le impidiera sostener su opinión contra viento y marea, expresando, por ejemplo: “ofrezco mis disculpas a quienes se ofendieron con mi trino, pero también les exijo que respeten mi opinión, pues eso es lo que pienso y seguiré pensando hasta que me muera”. Pero no lo hizo. Nunca lo hará. Primero muerto.
En vez de eso, y como era de esperarse, se sirvió de la montonera de palabras infelices que suelen usar los personajes públicos cuando se la embarran de pies a cabeza. No tiene por qué extrañarnos, ya que él pertenece a toda esa hipocresía social cartagenera que piensa de una forma, actúa de otra y expresa lo que el común de la gente quiere oír.
Si se hubiese sostenido en la lapidaria frase de su trino, yo hubiera creído (aunque no compartiera su opinión) que era un tipo íntegro. Pero me equivoqué: desde que comenzó el escándalo hace lo posible por quedar bien con quienes lo atacan, pero no porque le importen esos contendores, sino porque, por encima de todo, cuida su nuevo empleo.
Y lo más probable es que de esa misma forma hubiera actuado cualquier otro cartagenero, dado que el trino de González resume el pensamiento del 80% de la ciudad: casi todos piensan, en lo más íntimo, que lo mejor que se puede hacer con los negros, los pandilleros, los pobres, los picoteros y los champetudos es levantarlos a plomo para que no jodan más, lo que  puede corroborarse en los foros virtuales, verdadera apología a la xenofobia y a la ofensa clasista.
¿O por qué creen que el alcalde Dionisio ofrece oportunidades para los pandilleros, pero también “mano dura” si no se ajuician? ¿Acaso no se han dado cuenta de que la clase dirigente a la que él pertenece ha tenido todas las oportunidades de gobernar bien y no lo ha hecho, sin que nadie le ofrezca “mano dura”?
¿Por qué no ofrece a los pandilleros oportunidades y más oportunidades y más oportunidades hasta que puedan gozar de los privilegios que él y sus hijos disfrutan?
El común de los cartageneros piensa así. La diferencia está en que González lo dijo en público, antes de tomar las riendas de una de las dependencias más trascendentales del Distrito.
Por eso, siempre aparecerá ofreciendo disculpas y dispuesto a escribir 300 planas, pero ocultando que en verdad le gustaría oprimir un botón para que desaparezca la enorme población de negros y pobres que afea el pequeño círculo social que a él le gusta.

ralvarez@eluniversal.com.co
 

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