Columna


El Trump colombiano

ORLANDO JOSÉ OLIVEROS ACOSTA

11 de mayo de 2016 12:00 AM

Todos los países, o al menos lo más neuróticos, tienen a un Donald Trump. Es decir, alguien que simboliza el fascismo, la godarria y la paranoia nacionalista que se esconde en lo más profundo de algunos sectores de la población. Todos los países, o al menos los más jodidos, tienen a un enfermo con poder que ondea la bandera de la ultraderecha y escupe sin disimulo sobre la cara de la diversidad y las libertades individuales. Y nuestro Donald Trump es Alejandro Ordóñez.

Nadie como él para encarnar el arquetipo de la discriminación. Desde que asumió el cargo de Procurador General de la Nación su cruzada en contra de los derechos de los colombianos ha sido tan notoria que desconcierta el hecho de que todavía hoy, 7 años después de ser elegido, su permanencia en el poder siga intacta.

Como Procurador ha promulgado abiertamente su homofobia y, lo que es peor, lo ha hecho en nombre del Estado. La aprobación del matrimonio y la adopción por parte de parejas del mismo sexo fueron más lentas y sufridas porque, siempre que tuvo la chance, Ordóñez le puso trabas al asunto y encendió la hoguera del prejuicio: la misma con la que hace 38 años quemó los libros “indeseables” de una biblioteca en Bucaramanga.

Pero Ordóñez no sólo es homofóbico, sino también un fanático y, por momentos, un hipócrita. En esta última década, que la Procuraduría defienda el derecho de la mujer a abortar es un imposible, porque para nuestro Trump tricolor la sociedad “no puede desconocer a los más débiles dentro de los más débiles, que es quien está por nacer”. Sin embargo, si en verdad le importaran los débiles no hubiera criticado la Ley de Restitución de Tierras ni exigido su modificación para que los pobrecitos latifundistas no sean despojados de las tierras que compraron en medio del conflicto con tanta “buena fe”. Ahora sí estamos fregados en un país en donde se defienden a los victimarios y se acusan a las víctimas.

Ni hablar de lo que ocurre con la eutanasia. La vida, según Ordóñez, sólo la puede quitar Dios. Algo inadmisible si caemos en la cuenta de que Colombia es un estado laico, pero no puede esperarse otra cosa de un tipo que en más de media década jamás distinguió entre su labor pública y sus creencias religiosas.

La portada de la más reciente edición de la revista Semana muestra una caricatura de Trump y, debajo, este encabezado: “De payaso a candidato”. Me pregunto si Alejandro Ordóñez querrá parecérsele en eso también, si deseará ser otro payaso más que se lance a buscar la presidencia.

@orlandojoseoa
 

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