Columna


Empobrecidos

MIGUEL YANCES PEÑA

08 de febrero de 2016 12:00 AM

Puede que para algunos no sea claro cómo el tipo de cambio incide sobre el costo de los bienes producidos en el país. Aunque, si lo sea, que los bienes importados, es decir los comprados con dólares, se encarecen con el tipo de cambio de la divisa.

La gente sabe, porque ya todo el mundo lo dice, que, si va a comprar electrodomésticos, carros, tecnología, etc., valen más hoy que hace un año: el dólar pasó en ese periodo, de 1.800 a 3.500 pesos; un incremento de casi el 100%. En ningún otro mercado un activo se valoriza tanto en tan corto periodo de tiempo.

Pero ¿por qué los bienes producidos en el país también tienen que encarecerse? El asunto se ha popularizado tanto que, exagerando un poco, el de la yuca, el del mango, el de plátano, el del tomate, etc., justifican el aumento del precio, no en la inflación, que sería una justificación válida (ya ese término paso de moda) sino en el precio del dólar, que en principio no tendría ninguna relación.

Pero sí que la tiene, y se llama especulación. En los mercados el producto más barato se convierte en un indicativo para los competidores: o bajan sus precios o no venden; colocan el precio máximo al cual se puede vender, el techo, se dice en la jerga económica.

Ese techo lo establecen los bienes importados que compiten con la producción nacional. Cuando el dólar estaba a 1.800, el techo estaba bajito, pero con el dólar a 3.500 se elevó, y los productores nacionales saben que pueden, y lo hacen, subir sus precios sin tocar el techo, y sin dejar de ser competitivos. De hecho, antes del TLC, el gobierno controlaba el precio del arroz -por citar sólo un ejemplo- abriendo la importación del grano.

Y los que son monopolios, las empresas de SSPP por ejemplo, ya descubrieron qué factor de la fórmula pueden manipular para maximizar sus utilidades. De manera que la subida del dólar arrastra hacia arriba todos los precios de la economía, menos, como es fácil comprobar, los salarios y las pensiones.

Este gobierno, y la incertidumbre que generan sus políticas (lo que llama paz, que ni los mismos guerrilleros se atreven a llamarlo así), nos ha empobrecido a todos. Para recuperar la economía y el valor de nuestra moneda, primero hay que hacerlo con la confianza perdida, que es un proceso que toma muchos años,

Lo peor es que nadie protesta, y encima, como el gobierno también se empobreció, y los recursos del plan Colombia, como los del petróleo, también cayeron, ahora anda como loco sacando plata del último rincón que le queda: el bolsillo de los contribuyentes.

Si tuviera sentido patrio, hasta renunciaría sin necesidad de que se recurra a la figura de la revocatoria del mandato. Ya Venezuela, desde el parlamento, está pensándolo contra Nicolás Maduro.

movilyances@gmail.com

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