Columna


En este año 2017

LIDIA CORCIONE CRESCINI

10 de enero de 2017 12:00 AM

Después de no encontrar andén, pavimento y recovecos por donde transitar en el Centro y varios barrios de la ciudad, en esta paradoja llamada transeúnte, cachivache, venta ambulante, bicicleta de pedal, de motor, caballo cochero, rapero nómada, estatua viviente, es necesario reconsiderar la situación porque nos concierne a todos.

Aunque todo sea de expansión y relajación porque a eso viene el turista, a recorrer la ciudad, consumir en restaurantes, bares, discotecas, tiendas, supermercados y todo lo que le brinde satisfacer sus necesidades, todo se paraliza y se vuelve lento para los que vivimos en Cartagena. No es el mismo discurso ni la misma cantaleta la que planteo, es mirar con objetividad el progreso porque a pesar de los ríos de gente y de los locales a reventar, la ciudad en muchas partes huele feo, de las alcantarillas rebosan los gases nauseabundos y la basura es hedionda y todo es confuso.

La vigilancia y la policía hicieron una buena labor, nadie le quita lo ‘bailao’ a las cosas positivas, sin embargo se acrecentó la problemática de los vendedores ambulantes que poco a poco fueron invadiendo otra vez el espacio público y estoy casi segura que se quedarán en los sitios irrumpidos si no se procede rápidamente. Por lo menos se anotó un gol al movimiento salvemos a las plazas y en este caso a la de los estudiantes porque si bien es cierto que del ‘turismo’ se benefician unos pocos, también es cierto que los habitantes de la ciudad merecemos respeto, consideración y que nuestros derechos no sean vulnerados con los abusos, tanto de los que dan permiso para usar los espacios públicos como de quienes aprovechan para lucrarse en estos meses.

Es importante que las personas se favorezcan y que los negocios vendan, prosperen, y puedan prestar el mejor servicio, eso lo apoyo y me parece fantástico, pero hay que tener en cuenta la organización de la ciudad y el mismo turismo, la movilidad y el deterioro a que Cartagena se ve sometida en esta época. Que no importa, que es una vez al año y ya, no es un planteamiento razonable como algunos dicen.

Si no ponemos orden, cada vez será peor, además a Cartagena como tal la sostenemos los que pagamos el predial y a mí como contribuyente sí me duele mi ciudad; no sé si a ti, pero aunque siga siendo “La fantástica”, “Mágica” y “De ensueño”, en su parte litoral y estructura colonial, merece un trato de calidad.

Esperemos que 2017 sea el año de vivir y disfrutar cosas diferentes y que el progreso asome su boca de dragón con toda la fuerza. Amo mi ciudad y la quiero ver florecer de manera imponente y organizada.
 

 

 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS