El alemán Richard Sorge ocupa lugar prominente en la historia del espionaje en el desarrollo de los conflicto entre las grandes potencias. La suya era una misión peligrosa, equilibrada por su gran inteligencia y perspicacia en un profesional que con solvencia dominaba varios idiomas. La Universidad de Hamburgo lo doctoró en Ciencias Políticas y su tesis fue calificada Summa Cum Laude. Sorge fue doble espía, suministró secretos vitales a Alemania, la Unión Soviética y Japón. A Rusia la previno sobre el ataque de Alemania con absoluta precisión. Él había sido condecorado con la Gran Cruz de Hierro por el gobierno alemán. Sorge hacía gala de una gran capacidad intelectual y equilibrio mental.
Julian Assange, de origen australiano, en su país estudió física y matemáticas, luego se convirtió en un “hackers” y más tarde en periodista. Sus escritos siempre fueron polémicos hasta crear su WikiLeaks, que precisamente lo catapultó a la fama. Por ello ahora es posible catalogarlo como “espía moderno”; recurre a todo un conjunto de métodos que son el producto del avance de la tecnología con sus aparatos sofisticados. Fue capaz de descifrar los documentos que aparecieron y aparecen en WikiLeaks que ocasionó incomodidades a los gobiernos de Angela Merkel, en Alemania; Dilma Rousseff, en Brasil; y Barack Obama en Estados Unidos. Es el “espía de hoy”, con absoluta dependencia de la tecnología moderna.
El espía de ayer tipo Sorge ha sido reemplazado por un experto en los aparatos electrónicos. Assange está en igual nivel que Edward Snowden, ambos han sido declarados reos por los países afectados por sus revelaciones.
Con el espionaje moderno se conocen los secretos de Estado de los enemigos y también de los amigos, de allí que alguien haya afirmado que: “En el espionaje, no hay amigos sino intereses”. El presidente francés Francois Hollande, precisamente, le reclamó al presidente Barack Obama que los Estados Unidos haya “chuzado” a la manera de María del Pilar Hurtado, a los mandatarios de Francia, Jacques Chirac, Nicolás Sarkozy y a él mismo.
Las nuevas revelaciones las hizo Assange basado en los mensajes y grabaciones descubiertas recientemente. Resentido como está pide al gobierno de Francia que tome represalias contra los Estados Unidos, es una forma de revancha contra la nación que lo ha perseguido más, motivo por lo cual se encuentra refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres desde junio del 2012.
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