Columna


Espíritu Santo

JUDITH ARAÚJO DE PANIZA

08 de junio de 2014 12:02 AM

Celebremos Pentecostés acogiendo al Espíritu Santo para que renueve nuestra mente, fortalezca nuestra voluntad y encienda el corazón con el amor de Dios en nuestra vida.

Pidámosle al Espíritu Santo sus siete dones: sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, piedad, fortaleza y temor de Dios, para que comprendamos las cosas de Dios, veamos las cosas terrenas en su justo valor, resolvamos las situaciones de la vida con criterios cristianos, nos relacionemos con Dios como sus hijos, tengamos valor y coraje para evangelizar y enfrentar las situaciones de la vida a pesar de las incomprensiones o persecuciones y respetemos con amor a Dios y a sus leyes como lo más sagrado.

Si eso hiciéramos, viviríamos un anticipo del cielo en la tierra y cosecharíamos los frutos que el Espíritu Santo ofrece: alegría o gozo profundo, paz interior y con los demás, templanza o autodominio, pureza o rechazo por el pecado, mansedumbre, serenidad, humildad por reconocernos creaturas frente a Dios, unidad interior y comunión fraternal.

“Ven Espíritu Santo, manda tu luz desde el cielo, Padre amoroso del pobre; don en tus dones espléndido, luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo. Ven Espíritu Santo y renueva la faz de la tierra”.

En los sacramentos está presente, vivo, activo el Espíritu Santo, perdonándonos, renovándonos, curándonos, iluminándonos, nutriéndonos, haciéndonos participar de la vida divina.

Si leemos las Sagradas Escrituras en unión a la Iglesia, invocando al Espíritu Santo, Dios nos habla al corazón, nos guía y alimenta la mente, fortalece el corazón e ilumina nuestras acciones.

Si oramos, relacionándonos de verdad con Dios, lo experimentamos como nuestro Padre creador, nuestro hermano y nuestro amigo Jesús redentor y nuestro guía Espíritu Santo santificador, haciéndonos vivir su presencia fortalecedora, en medio de nuestras alegrías y tristezas, retos y dificultades del día a día. Vivir en amistad con Dios, ensancha nuestra alma de gratitud y gozo porque nos hace conscientes de cuánto nos ama nuestro Dios que está siempre dispuesto a que lo encontremos para llenarnos de su sabiduría, bondad, justicia, misericordia, caridad, ternura.

¡Ven Espíritu Santo y guíanos para que decidamos lo mejor para nuestra vida, familia y sociedad! El día que abiertos al Espíritu Santo, comprendamos lo importante que es permitir la voluntad de Dios en nuestra vida, el ajustarnos a las leyes divinas por amor, como nuestro manual de comportamiento, solucionaremos todos los problemas que nos aquejan a la humanidad y podremos desarrollar todo nuestro potencial. ¡Ven Espíritu Santo y llena a tus fieles del fuego eterno de tu amor!

*Economista, orientadora familiar y coach personal y empresarial.
judithdepaniza@yahoo.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS