Columna


Está en nuestras manos

CLAUDIA LÓPEZ

10 de septiembre de 2016 12:00 AM

Somos la tercera generación en la historia de Colombia que decidirá cómo acabar un conflicto armado de larga duración e intentará por enésima vez construir un país en paz, moderno e incluyente, donde a nadie se mate por sus ideas, ni se secuestre por su riqueza ni se excluya por ninguna razón.

De ésta generación y momento se hablará durante los próximos 100 años. Generaciones venideras juzgarán nuestras acciones y decisiones de hoy, como nosotros juzgamos las de los colombianos que votaron en 1957 por el Frente Nacional y como ellos juzgaron las de los colombianos que ganaron la guerra de los Mil Días e impusieron la Constitución de 1886.

En el plebiscito por la paz no escogemos un gobierno, presidente o expresidente, sino si votamos Sí para apoyar los acuerdos de paz e implementarlos para terminar 52 años de guerra con las Farc; o votamos No para rechazarlos y seguir con Farc y conflicto armado. 
Con los acuerdos no desaparecerán la pobreza, la corrupción, ni el desempleo; solo la guerrilla de las Farc y la guerra con ellos. Las Farc desaparecerán como organización criminal desmovilizando a sus combatientes, mediante la entrega y destrucción de sus armas, erradicando la coca que sembraron y las minas antipersona que plantaron.

Nuestra parte del acuerdo es respetar la vida de los que dejen las armas, hacernos cargo del campesinado y regiones abandonadas, permitir a los desmovilizados de las Farc que, al cumplirles a las víctimas y a la Justicia Transicional, puedan hacer política, pero sin armas, y por último, mejorar nuestra democracia para que todos compitamos con garantías, ganemos o perdamos elecciones sin trampas ni violencia. 

La desconfianza mutua entre las Farc y el Gobierno los llevó a escribir esos dos párrafos en 297 páginas. Nuestra visión de qué país escogemos vivir se decidirá marcando Sí o No en el plebiscito por la paz el próximo 2 de octubre.   

Es la campaña de nuestra vida. Ser la generación de la paz es la mejor de las campañas: con argumentos, paciencia, compasión, comprendiendo el dolor y resentimiento que esta guerra causó. Tenemos 4 semanas para enamorar a los escépticos con la esperanza. Votaré Sí consciente de los riesgos y desafíos, también de que tendremos mejores herramientas para enfrentarlos. Votaré Sí conmovida por las tragedias de nuestras víctimas y decidida a asegurar un nunca más para ellas y para todos. Votaré Sí decidida a echarme al hombro, al bolsillo y al alma a los 15 millones de colombianos menos privilegiados que yo. Votaré Sí confiada en nuestra capacidad colectiva de transformarnos para mejorar, para vivir en el país que queremos y dejar de sobrevivir en el que nos heredaron.

clopezsenado10@gmail.com

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