Columna


Exagerado

MIGUEL YANCES PEÑA

10 de julio de 2017 12:00 AM

A raíz del anuncio del ingreso de Transcaribe al barrio de Manga, medida urgente porque las motos con parrillero están prohibidas, apareció un obstáculo: el puente Las Palmas. Se dice que no soporta el peso de los busetones usados para alimentar la ruta del SITM.

Cualquiera se alarma; pero en lugar de reforzar la estructura, o iniciar su reconstrucción de acuerdo a las exigencias de la Quinta Avenida de Manga, provocó que el DATT hablara de prohibir el tránsito de automotores pesados por el mismo.

Sin pretender ser la última palabra, ni asumir responsabilidad alguna sobre lo que pudieran provocar estas reflexiones, me permito hacer algunas. Primero, la luz del puente (entiéndase el canal de agua), y por lo tanto la longitud del tablero que lo cubre, es tan reducida, que nunca estarán las cuatro llantas de ningún vehículo sobre él. O sea que el peso está siempre dividido: una parte sobre el tablero (o loza superior) y otra sobre el terraplén o rampa que permite, a ambos extremos, el acceso al puente.

Segundo, un busetón no supera -al menos no en mucho- el peso de un bus normal, menos el de los buses de turismo; ni de las volquetes y mezcladoras de cemento que han utilizado el puente desde muchísimo tiempo atrás sin que se presentara alarmismo. Tercero, más luz y altura tienen los otros tres puentes del barrio (Bazurto, Jiménez, Román) y por lo tanto más peso es transmitido a su estructura.

Creo que se ha querido llamar la atención y presionar un poco sobre la necesidad de resolver este punto de conexión de la isla con la zona continental, que va más allá del mero reforzamiento de la estructura: hay que realizar un estudio serio de tráfico en todos los puentes, hoy en día colapsados en “horas pico, ya alargadas” para encontrar qué nuevos puentes y vías hacer, y cuáles ampliar, al tiempo que se limita la altura y números de edificios en el barrio; se promueve la construcción de garajes públicos, y se controla el desorden. En otras palabras, se planea el crecimiento urbano, que, de lo contrario, terminará afectando a sus habitantes, y haciendo que pierdan valor los bienes raíces construidos allí.

ADENDA: El barrio, como isla que es, se ve afectado por la elevación continuada del nivel del mar. Los desagües de aguas lluvias de las vías a la Bahía y al caño Bazurto, se invierten en las temporadas de mareas altas (igual que la desembocadura de los canales a la Ciénaga, en los barrios pobres) y permiten la invasión de agua de mar. En la carrera 25 con Cuarta Avenida, un constructor decidió elevar el nivel del tramo (callejón) que desagua al caño, dejando abajo unos tubos que han reducido el flujo y provocado inundaciones en perjuicio de los vecinos del sector. Amén de que los tubos se van a tapar con el sedimento que arrastran las aguas lluvias, y el que deja la marea cuando regresa a su nivel bajo. ¿Quién los va a mantener limpios?

*Ing. Electrónico, MBA

movilyances@gmail.com
 

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