Columna


Feliz 2015

JUDITH ARAÚJO DE PANIZA

04 de enero de 2015 12:00 AM

Cuando llega Año Nuevo nos transmitimos los mejores deseos en cuanto a la salud, prosperidad, amor, felicidad. Hacemos balance de las vivencias del año anterior y manifestamos los buenos deseos para el nuevo año. Es tiempo para preguntarnos lo que es felicidad, para buscarla. ¿Es algo que nos sucede? ¿Es algo que construimos? ¿Una mezcla de ambos?

Aristóteles nos dice que la felicidad solo se da en el bien. Que se construye con base en una vida cimentada en virtudes, progresando en todas las dimensiones humanas. Las virtudes humanas las concreta en cuatro: prudencia, fortaleza, templanza y justicia; y las dimensiones humanas: la física, mental, socioemocional y espiritual.

Las Sagradas Escrituras nos plantean también la importancia de estas virtudes y de desarrollar todas las dimensiones humanas y nos invitan a buscar la felicidad  que permanece, perdura, no se acaba y nos da una vida en sintonía con Dios, abiertos a la fe, a la esperanza y al amor.

La felicidad que les deseo a mis lectores incluye todo lo anterior. Que construyamos una mejor realidad para nosotros mismos y los demás, creciendo en todas las dimensiones humanas y sobrenaturales, desarrollando nuestro carácter con las virtudes, desarrollando nuestros talentos al servicio de los demás. Que aquellas cosas que nos sucedan que no dependan directamente de nosotros, sean positivas o negativas, las sepamos vivir en el bien y el amor de Dios, ofreciéndolas a Nuestro Señor Jesucristo para que todo se aproveche para hacernos mejores personas y generar más bien a nuestro alrededor.

Hoy celebramos la visita de los reyes magos a Jesús, quienes pusieron a sus pies oro, incienso y mirra, reconociéndolo como Rey Divino con influencia sobre toda la humanidad. Herodes, en su sed de poder, se preocupó y al no saber dónde encontrarlo quiso matarlo y por eso mandó a asesinar a todos los menores de 2 años, causando mucho dolor a muchas familias de la época.

Todavía en pleno siglo XXI permitimos en el mundo muchas injusticias que deterioran la dignidad humana, de la familia y de las oportunidades de desarrollo de todos.

Que en el 2015 sepamos poner todos nuestros bienes al servicio de Dios, estemos más abiertos a la Sabiduría Divina, la única que puede ayudarnos a aprovechar todas las circunstancias de la vida para nuestro crecimiento y el de los demás, si estamos dispuestos a hacer siempre nuestro mejor esfuerzo por mejorar lo que esté en nuestras manos y para aceptar aquello que no podemos cambiar, todo ofrecido a Dios con amor.

Seguimos con la tarea de construir unidos a la gracia de Dios un mundo en el que reinen la justicia, la paz y el amor, que se inicia en nuestro corazón. ¡Que en el 2015 avancemos en esta tarea! ¡Feliz 2015!

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS