Columna


Frutas tropicales para el mundo

MAURICIO CABRERA GALVIS

03 de julio de 2016 12:00 AM

Colombia debe exportar con urgencia productos que compensen la caída de los precios del petróleo y también, muy pronto, la menor producción de crudo por faltar nuevos yacimientos. Estos productos no aparecerán por magia ni generación espontánea; hay que desarrollarlos con esfuerzos del sector privado y promoción del Estado.

Un sector con gran potencial exportador es el frutícola. El comercio mundial de frutas es muy dinámico: en la última década creció 8,4% anual y en 2014 llegó a USD 102.000 millones. Fuera del banano, Colombia casi no existe en este mercado, ese año solo exportamos otras frutas por USD 150 millones.

Es absurdo que Colombia no aproveche sus ventajas comparativas para la agroindustria frutícola: la mayor diversidad de frutas tropicales del mundo, muchas tierras disponibles, variedad de pisos térmicos y climas, puede producir todo el año, y tiene puertos en ambos océanos. Además de la experiencia del café, el banano y las flores.

Otros países lo lograron. En el mundo están Polonia, España o Turquía, y en el vecindario dos extraordinarias historias de éxito: Chile y Costa Rica. Hace 25 años tampoco existían en el mercado mundial de frutas (Chile tenía presencia marginal) y hoy son actores principales.

En Costa Rica el producto estrella es la piña. En 1996 exportaba solo 186.000 toneladas, por USD 76 millones, y pronto llegó a ser el primer exportador de piña mundial, con ventas de 1,8 millones de toneladas por USD 850 millones. Dedica a este cultivo 42.000 hectáreas, solo 10% del área que Colombia dedica a la palma de aceite, o 18% de la que está en caña de azúcar, cuyas ventas al exterior son muy inferiores.

Chile es el cuarto exportador mundial de frutas con una estrategia de diversidad: uvas, manzanas, duraznos, aguacates, nueces y otras 12 frutas; en 296.000 hectáreas produce 2,4 millones de toneladas y exportaciones cercanas a USD 5.000 millones. Similar el área y el volumen de producción a los de la caña de azúcar, pero con un valor agregado 5 veces mayor.

El de Chile es un verdadero cluster agroindustrial: 13.800 productores, 60 empresas procesadoras, 380 cámaras de frío. 100 empacadoras y 500 empresas exportadoras, 500.000 empleos directos y 1 millón de indirectos.

Estos éxitos no fueron un golpe de suerte. Para replicarlos se requieren empresarios con visión y empuje y bienes públicos que los soporten. Chile tiene 27 centros de investigación dedicados a los eslabones frutícolas. Ese es el secreto de un jugador exitoso en el exigente mercado mundial y no hay razón para que Colombia no lo sea.
 

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