Columna


Ganó la democracia

JOSÉ WILLIAM PORRAS

06 de octubre de 2016 12:00 AM

Al ganar el No, creo que lo más importante es que estuvo alerta el pueblo colombiano del tremendo peligro para su democracia y su futuro cercano, por más que se intentó y no se pudo comprar su conciencia.

Siempre he insistido que no hay un solo colombiano que no quiera la paz, pero no al precio que trataron de comprarla. Ahora toca ver exactamente el precio que hay que pagar pero dentro de unos parámetros justos, equitativos y que reconcilie a los colombianos. Esa será la labor de quienes sean designados en este nuevo proceso para negociar el fin del conflicto.

Tanto el presidente Santos, impulsor del Sí y de los acuerdos con las Farc, el ex presidente Uribe, impulsor del No contra los mismos acuerdos firmados por Santos y Timochenco, como las mismas Farc a través de su máximo líder dijeron que se debe convocar a una gran unidad nacional Sí-No para estudiar los caminos que siguen, impuestos por la voluntad del pueblo, que supo vislumbrar los tremendos peligros para nuestra patria si hubiese triunfado el Sí. La diferencia a favor del No fue muy pequeña referente al Sí, pero suficiente para enderezar el camino.

El precio no podía ser premiar a quienes desangraron al país con matanzas, secuestros, extorsiones, narcotráfico, minas quiebrapatas, y asesinatos de inocentes e indefensos, el precio debe ser tal que todo colombiano se sienta orgulloso de pagarlo, dentro de los parámetros de la Constitución y el mismo ordenamiento jurídico y no por encima de ellos como se pretendió en esos acuerdos de 297 hojas donde todo era favorable a las Farc con la venia de las altas cortes y parte del senado colombiano.

Ahora toca escoger los negociadores del Estado, que no podrían ser los mismos, deberán ser otros dentro de la gran unidad nacional convocada, pero de cara al país y no a escondidas o a espaldas del pueblo. Nadie perdonaría que se perdiera esta segunda oportunidad, volviendo a los mismos errores del pasado.

Haciéndolo de cara al país, seguramente se contaría con un apoyo real del pueblo que es el único doliente en este conflicto y quien deberá pagar de todas maneras un precio por llegar a esa paz, pero las Farc deberán también pagar un precio justo por haber sido el causante del dolor directo de más de 9 millones de colombianos que durante los últimos 52 años ha venido padeciendo los horrores del conflicto interno.

No será tarea fácil de todas formas, pero no imposible, hay mucho camino para recorrer, pero nuestros hijos y descendientes podrán sentirse orgullosos de sus padres, el futuro nos recordara y dirá a todos quienes participamos en estas elecciones, gracias por enderezar el camino oportunamente porque íbamos directo al precipicio.

jwporras@balzola.org

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