Columna


¡Ganó Sucre!

CRISTO GARCÍA TAPIA

29 de octubre de 2015 12:00 AM

Fue un permanente, prolongado, esfuerzo. Una convicción irrevocable de conciencia. Un compromiso, el que alumbró esta lucha por Sucre.

Por convocar y refrendar con el ejemplo, el punto de quiebre de una tradición, política y electoral, altamente nociva para la inclusión y la convivencia solidaria del tejido social y humano de un departamento ejemplo negativo de marginalidad, atraso y precariedad, en las variables mínimas del progreso y el desarrollo.

Cuanto acaba de ocurrirle a Sucre con la elección de Édgar Martínez Romero, Gobernador 2016 – 2019, no es un suceso que pueda reducirse a una elección más; a una “sorpresa” en el variopinto de los bazares electorales en que han convertido el voto los nuevos fenicios del poder que lo detentan, cooptan y usufructúan en Sucre.

En un departamento agenciado por el poder omnímodo del clientelismo y la corrupción, vigentes y actuantes en todas las formas, la valoración y significado de esta elección conlleva dimensiones históricas que rebasan el de “palo” que le dan quienes subestiman la capacidad de un conglomerado humano de reaccionar solidariamente, en este caso con el voto consciente y liberador, contra individuos, modelos y organizaciones partidarias, que sojuzgan y someten punitivamente.
Y Sucre, por tres generaciones y hasta la indignidad, ha sido sometido y sojuzgado por unos y otros de aquellos, abusando de todas las formas de poder que, conjuntamente con las rentas, el territorio y la administración pública, se han incautado como una extensión más de sus tierras, ganados y hacienda.

Cuanto ha ocurrido con la elección de Édgar Martínez Romero como Gobernador de Sucre, es histórico y marca un referente y un mandato imperativo de cambio y transformación; de liquidación de cuanto ha marcado el destino de precariedades de toda índole de este Sucre, inmolado por tres generaciones en el degolladero de la corrupción, la pobreza, la inequidad, que han impuesto los clanes familiares y políticos que lo crearon para su usufructo.

Un ¡basta ya!, que dará, tiene que ser así, en una nueva versión de Sucre, en la que se destierren las solidaridades políticas siniestras entre los que lo han devastado impunemente y validos de sus credenciales espurias no escatimaron “ríos de dinero”, amenazas y voto en blanco, para continuar humillando, expoliando a los sucreños, a través de aliados de última hora surgidos de los meandros de la corrupción y la inmoralidad.

Édgar Martínez Romero, no defraudará. De tal, da fe su inquebrantable voluntad de lucha por un Sucre que recupere su dignidad, su destino de grandeza y salte de las precariedades en las que lo recibe, a un renacimiento de progreso, desarrollo e inclusión con equidad.

*Poeta
@CristoGarciaTap

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