Columna


Georgia y Ucrania

DARÍO MORÓN DÍAZ

03 de mayo de 2014 12:02 AM

Al desintegrarse la Unión soviética y finalizar la guerra fría, en el mapa geopolítico de la antigua potencia quedaron varios estados con inmensos yacimientos de  petróleo y gas. El presidente George Bush en la conferencia de la OTAN en Bucarest en mayo de 2008, hábilmente, propuso que dos de esos estados: Georgia y Ucrania ingresaran a la OTAN. Esa propuesta fue rechazada por el binomio Dimitri Medvedev y Vladimir Putin, por lo que significaba para Rusia en materia geopolítica y económica; detrás de la propuesta de Bush también estaba la Unión europea.

Ese mismo año 2008 aparece el primer brote bélico en Georgia, cuyo mandatario Mijaíl Saakashvili, invadió a Osetia del Sur en un reto insólito a Rusia. La invasión tenía dos objetivos apoderase de Osetia del Sur y de Adjasia, ambas fundamentales por su vecindad con el Mar Negro y la riqueza energética. Putin ordenó la defensa de Osetia del Sur y las tropas de Saakashvilise retiraron después de violentos combates; la población de Osetia y de Adjasia es de mayoría rusa, posteriormente declararon su independencia de Georgia.

El segundo episodio en el ajedrez geopolítico y económico tiene que ver con Ucrania y Crimea. Putin anexó a Crimea, puerto que permite al mismo tiempo la navegación defensiva y comercial de Rusia en el mar Negro; de lo contrario se convertiría en una potencia mediterránea. De otro lado en Ucrania las ciudades de Donetsk, Slaviansk, Yenakievo, Limany Druzkovka que integran el motor industrial de la región, se produjeron movimientos contra las autoridades de Kiev, acentuando la crisis y la fragmentación territorial. Los habitantes de esas urbes son en su mayoría de origen ruso y apoyan la unión a la denominada Federación rusa. Las autoridades de Kiev han organizado su ofensiva militar apoyados por grupos de paramilitares, “Pravy Sektop, sector de Derecha”, y reciben el apoyo de países europeos con acciones denominadas como antiterroristas. Obviamente los defensores prorusos reciben el apoyo de Rusia con la intervención directa de Vladimir Putin que no está dispuesto a dejarse arrebatar su papel estratégico en esa convulsionada región euroasiática.

Los Estados Unidos y la Unión europea insisten en lograr ese fin estratégico, pero Putin tiene la llave del petróleo y gas que de cerrarla ocasionaría una crisis en Europa. Algunos mandatarios europeos, por esa circunstancia, miran con cautela la situación debido a que sus países serían los más afectados.


*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

dmorond@gmail.com

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