Columna


Hay alcalde

MIGUEL YANCES PEÑA

22 de julio de 2013 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

22 de julio de 2013 12:00 AM

El domingo anterior la ciudad eligió un nuevo alcalde por fallecimiento del anterior. Aunque así parezca, el elegido no obtuvo un premio que celebrar, ni un estatus social que disfrutar, sino la enorme responsabilidad, que a muchos intimida, de administrar la ciudad.Entre otras deberá manejar de manera pulcra eficiente y efectiva los recursos que en más de un billón de pesos anuales ingresarán, y buscar nuevos; visionar y emprender los grandes proyectos que la ciudad exige; mejorar el hábitat de los más desfavorecidos, y lograr que los gobernados encuentren oportunidades para obtener ingresos que le permitan llevar la vida con dignidad, desestimulando así, la violencia familiar y extra familiar, que esas falencias provocan.
El énfasis inmediato estará en nombrar el gabinete, aunque esto último en principio es cosa sin importancia para la ciudad, porque en tantos años que pesan ya sobre nuestra existencia, comprendimos que los mandamás no mandan, sólo aparentan hacerlo; son las fuerzas externas, hayan o no financiado la campaña, (también se puede chantajear o fastidiar) las que idean y exigen, y los mandos medios los que producen para que estos se luzcan.
El gabinete es sólo la garantía de lealtad que el alcalde necesita para el ejercicio tranquilo del espectáculo farandulero en que se ha convertido gobernar. Excepciones hay, y pido excusa por la generalización: es que son tan pocos que no se puede resistir la tentación de generalizar y establecer más bien las excepciones, como con las formulaciones matemáticas. Y no los menciono (siendo tan pocos podría hacerlo) porque todos saben quiénes son: brillan con luz propia en medio de tanta mediocridad. El nuevo alcalde tendrá que demostrarnos que en este gobierno no será así, ese es su reto en lo personal.
Y como están las cosas, son tantas y tan grandes las necesidades de la ciudad, que ni los recursos propios, ni los dos años y medio de este periodo atípico, bastarán para dar al menos inicio a las soluciones. El criterio de elección era -debí escribirlo antes del proceso electoral- identificar cómo será visto por el gobierno central el nuevo mandatario: si inspira confianza fluirán recursos, si no, dos años más de parálisis.
Así las cosas, más práctico, económico y rápido hubiera sido elegir desde Bogotá. Es que este asunto de elegir popularmente a los alcaldes requiere de dos ingredientes que pocas ciudades han logrado en Colombia: instituciones fuertes (serias, insobornables y sin rabo de paja) y cultura política ciudadana. En Cartagena no ha resultado.
Le abonamos a Dionisio su juventud, sus orígenes (familia de empresarios) y su preparación. No obstante no le será fácil librarse de la injerencia que querrá tener la coalición que lo llevó al cargo más importante de la ciudad.

*Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe

movilyances@gmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS