Columna


Historia y justicia me absuelven

REDACCIÓN COLOMBIA

13 de febrero de 2013 12:00 AM

EDISON LUCIO TORRES

13 de febrero de 2013 12:00 AM

Periodistas:
“Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, y reprendan al opresor.” (Isaías 1:17)
Y volveré al aire con la espada de la verdad como periodista de libre vuelo, ¡duélale a quien le duela!
Primero la Historia me absolvió. El Día del Periodista, la justicia enderezó su propio entuerto. En una sentencia nítida y sin ambages, el Tribunal Superior de Cartagena me declaró ¡inocente! del delito de injuria contra la honra del honorable senador Javier Cáceres.
Los hechos posteriores corroboraron lo que denuncié en 2006 en mi informativo Vox Populi sobre los políticos criminales de la región Caribe que apoyaron, financiaron y promovieron el paramilitarismo para masacrar, asesinar y desplazar a la población más vulnerable del país.
Al final de ese año, el entonces senador Gustavo Petro comenzó el debate de la parapolítica. Mientras su colega, “El Gordo” García, hablaba por primera vez en una plenaria del Congreso para defenderse. En 2007, la Corte Suprema de Justicia, con su gran magistrado auxiliar, Iván Velásquez, comenzó a documentar las primeras denuncias. Sus investigadores me entrevistaron en varias oportunidades para conocer mi concepto de cómo abordar la investigación en Bolívar.
Los que me denunciaron ante la Fiscalía (2006), hoy están condenados. Mi principal persecutor fue el entonces todopoderoso senador Javier Cáceres Leal, preso en la Modelo de Barranquilla. También Enilce López Romero. ¿Qué jefe político de esa época estuvo por fuera del delito de concierto para delinquir agravado? Casi ninguno. La democracia colombiana, al fin y al cabo, es ejercida por mafiosos que utilizan el poder corruptor del dinero o la muerte para hacerse elegir.
Pero mi atrevimiento de decir la verdad, con documentos en mano, me costó persecución, asaltos a mi apartamento, amenazas de muerte y el cierre del espacio radial de Vox Populi. La Fiscalía, constreñida por “El Chuzo”, en vez de investigar a los que yo denuncié, me acusó y me llevó a un juicio injusto. El fiscal que lo hizo, vive su propio viacrucis.
Luego de cinco (5) años de audiencias fallidas y atentados contra mi vida, un juez prevaricador (Fernando Orlando Jaiquel, hijo del exmagistrado Domingo Orlando Rojas, conocido como “El Calabrés”) me condenó por injuria agravada.
En 2006, cuando hablé de la parapolítica, era un tabú para los periodistas. El poder paramilitar estaba intacto y sus jefes apenas balbuceaban la complicidad de políticos de todos los pelambres con su proyecto criminal. Periodista que se atrevía en la región a tocar una vaca sagrada del paramilitarismo o de la parapolítica era asesinado.
Cuando hice mi especialización de periodismo de investigación (2000) descubrí tardíamente a Pulitzer, quien decía que los periodistas siempre debemos alinearnos del lado de los débiles en contraposición de los poderosos.
Sepan todos y todas, los que me persiguen o me cierran las puertas por decir la verdad, que si se salvan de la justicia formal, jamás se salvarán de la justicia divina, de la energía Suprema del Universo. Pero en mi corazón no hay odios, rencores ni venganza. Por mí, ya están perdonados.
Soy hambriento de verdad, porque “la obra de la justicia será paz,” (Isaías 2:27) y “la verdad os hará libre.” (Juan 8:32)

*Director voxpopuli.com.co

editormoreno@hotmail.com

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