Columna


Ideología en Beethoven

DARÍO MORÓN DÍAZ

05 de diciembre de 2015 12:00 AM

El próximo 16 de diciembre se cumplen 245 años del nacimiento de Ludwig van Beethoven. En su etapa infantil Ludwig no recibió la educación adecuada para su edad. El compositor de las nueve sinfonías, conciertos, sonatas, tríos y cuartetos, al alcanzar el bienestar económico, se inscribió en la Universidad de Viena, allí estudió literatura y filosofía. Conoció a fondo a los poetas, filósofos e historiadores: William Shakespeare, Immanuel Kant, John J. Winckelmann, Frederich Schlegel, Johann Goethe y Frederich Schiller. Ese acervo cultural y filosófico lo elevó a un nivel superior a la de los otros músicos de su época; tal ilustración lo habilitó en el conocimiento de las estructuras políticas de su tiempo.

Beethoven vivió en un período turbulento de la humanidad, su ciclo vital coincidió con la denominada crisis del Antiguo Régimen. Una era matizada por revoluciones que cambiaron las estructuras políticas, sociales y económicas. Crisis que dio paso a la etapa contemporánea, a una sociedad más participativa y al ascenso de la burguesía. Es menester resaltar que el mundo en el último tercio del siglo XVIII y el primero del XIX fue regido por la ruptura político ideológica que produjo la Revolución Francesa, que posteriormente derivó en el ascenso, hegemonía y caída del imperio napoleónico, la independencia de las colonias americanas y por último la era industrial. En los círculos de la inteligencia el ateísmo adquirió mayor vigencia, así como el cuestionamiento a las instituciones políticas. Hubo un mayor acercamiento hacia la ciencia y el conocimiento de la naturaleza. Tales acontecimientos, indudablemente, incidieron en el compositor y por ende en su acervo ideológico.

Beethoven no fue un testigo indiferente de su tiempo, por el contrario, fue un apasionado defensor de la causa revolucionaria: la fraternidad, la libertad y la igualdad para él eran fundamentales. Perteneció por su generación a una época de grandes ideales universales, de apasionadas declaraciones de principios y de hermandades revolucionarias. Beethoven politizó la música, que pasó de ser un mero entretenimiento cortesano a un poderoso recurso para luchar contra la tiranía. Como compositor, buscó su propia liberación y evitó estar sujeto al patronato que se ejercía en Austria. En su época los artistas comenzaron a ser más consciente del papel social que ejerce una obra de arte, la cual debía cumplir una misión más elevada y comprometida con su tiempo.

La ilustración e ideología moldearon en el formidable compositor, para la historia, a un hombre libre, que siempre rechazó cualquier manifestación despótica.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

dmorond@gmail.com

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