Columna


Industria descosida

MAURICIO CABRERA GALVIS

19 de noviembre de 2017 12:00 AM

La industria colombiana no levanta cabeza. Según el PIB revelado por el DANE esta semana, mientras el conjunto de la economía creció 2% el último trimestre, el sector industrial cayó 0,6%. Si se quita el efecto positivo del inicio de operaciones de Reficar, el resto de la industria se porta aún peor y en lo corrido del año decrece 1,9%.

No se pueden achacar estos malos resultados a la falta de demanda, pues aunque débil, sigue creciendo; las ventas del comercio minorista crecieron 1,4%  en el mismo período; los consumidores sí compraron más, pero productos importados.

En medio del mal comportamiento del total del sector industrial, algunos subsectores están más golpeados por la competencia de las importaciones y el contrabando. Uno es el textil y confecciones, cuya producción viene en caída libre y este año disminuye cerca del 10%. Tampoco es por falta de demanda, porque según la encuesta del DANE al comercio minorista, las ventas de telas y prendas de vestir aumentaron 3,5% en septiembre.

El impacto de las importaciones sobre los fabricantes nacionales de telas se nota si se compara con lo que pasa en otros países. Del Denim, materia prima de los jeans, en Colombia el año pasado importaron legalmente 35,6 millones de kilos. En Argentina y Brasil, que sí cuidan sus industrias, se importaron en el mismo período 4,5 millones y 1,8 millones de kilos respectivamente. Una razón de tan abrumadora diferencia son los aranceles, que allá son superiores al 20% mientras que acá, en el país de la apertura hacia adentro, son de 5%.

Otra razón es la subfacturación de importaciones, declaradas a un valor muy inferior al precio real por “dumping” de productores subsidiados en sus países, o para lavar dineros ilícitos. En el caso del Denim, hubo importaciones de China por USD 0,70/kg, cuando solo el algodón para fabricarlo cuesta USD 1,50/kg.

La confección de prendas de vestir también cae este año, con un enorme impacto sobre el desempleo, porque el gobierno tuvo que desmontar a principios del año las medidas de protección –un sobrearancel por kilo de producto importado-, y se demoró mucho en tomar medidas similares que no pudieran ser objetadas ante la OMC.

La demora oficial en adoptar normas de protección es más grave para las telas, pues no solo no se han expedido aún, sino que anunciarlas indujo a los importadores a aumentar sus inventarios, acelerando sus compras en el exterior y disminuyendo aún más la compra de productos nacionales. Si le agregamos el contrabando de telas y confecciones, se sabe por qué esta industria está descosida y tardará mucho remendarla.

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ADENDA. Es maquiavélica la táctica del Centro Democrático y Cambio Radical: exigen que los exguerrilleros se sometan a la JEP antes de ir al Congreso, pero pusieron muchos obstáculos para dilatar su aprobación para que no pueda haber JP. Es evidente que su objetivo no es la justicia, sino sabotear la paz.

 

 

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