Columna


Inflexibles

HORACIO DEL CASTILLO RESTREPO

11 de enero de 2017 12:00 AM

El pico y placa, como está planteado en Cartagena, es excesivo. Castiga innecesariamente a quienes tenemos que usar un vehículo por muchos motivos. No se adoptan horas valle como en todas las ciudades del país, para que le gente pueda salir y se aplica en todas las arterias sin tener en cuenta que en algunas no es necesario.

Tampoco se considera que los sábados la congestión comienza a partir de la 11 AM y no a las 7 AM, pues las familias salen tarde ese día. Además, 12 sábados ininterrumpidos es un sacrificio muy pesado para los que usamos carros hacia o desde otros municipios por razones de  trabajo.

La administración, descaradamente trata de hacernos creer que nos hizo un favor cuando levanto la innecesaria restricción dentro de los barrios, medida heredada del gobierno anterior, junto a la eliminación de las horas valle. Ahora nos cobran el ¨favorcito¨ decomisándonos los carros el sábado también, un arrebato peor que el anterior, tanto que ya pensamos que la medida de 7 a 7 entre semana es una maravilla con tal que nos los devuelvan ese día tan especial.

Es cierto que suceden algunos atascos solucionables en ciertas arterias, como la avenida Pedro de Heredia desde Bazurto a Ternera, y El Amparo a la Terminal de Transporte, por ejemplo. No es el mismo caso en la Santander, Corredor de Carga, Crisanto Luque y parte de la Pedro de Heredia, donde no hay ninguna necesidad de imponer restricción alguna, permitiendo así establecer corredores viales para algunos barrios que no los tienen, mientras otros sí, lo cual es un claro atropello para los que no tenemos esa posibilidad.

Bocala, el barrio turístico por excelencia, donde se le deben dar todas las facilidades a los turistas para ingresar y salir de la ciudad en sus carros cuando lo deseen sin someterlos a extorsiones, es un ejemplo. Los que vivimos en este martirizado barrio, ahora tenemos que sumar el sábado a las múltiples restricciones que nos causan las inundaciones y las mareas, los paros a la entrada del barrio, los eventos de toda clase en el Centro de Convenciones, los sucesos deportivos que nos imponen sin preguntarnos y la temporada turística. ¡Qué injusticia!

El único camino adecuado para combatir la congestión vehicular es la autorregulación. Esto se logra ofreciendo buen transporte público (al menos ya comenzamos) para desincentivar el uso del auto particular y no prohibiéndolo, lo que es un abuso de autoridad; construyendo nuevas vías y obras complementarias a través de las APP, por el sistema de peajes dada la escasez de recursos en estos países tercermundistas. Es necesario acelerar la prometida e incumplida chatarrización de buses, programada para implementar los articulados y regular el mototaxismo, para que preste sus servicios como complemento a nuestro moderno SITM, no compitiendo con este en las troncales principales.
 

horaciodelcastillo52@gmail.com

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