A este perro ya es la cuarta o quinta vez que lo capan: desde los autopréstamos de Jaime Michelsen durante el gobierno de Betancur al escándalo de Interbolsa la manipulación del dinero de otros se da y los paganinis son los ahorradores. La impunidad es casi total. Deberíamos como sociedad y como estado aprender de este último desfalco a ver si los colombianos recuperan la confianza en la Bolsa y en el mercado de capitales.
Aprendamos que la autorregulación no funciona. Para eso está el Estado. En este escándalo hay dos grandes responsables: la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) y el Autorregulador del Mercado de Valores (AMV). El primero porque quienes la manejan hicieron las reglas y el segundo porque no paró lo que pasaba. ¿En la BVC, que es relativamente pequeña, no se oían rumores? En muchas de las casa de Bolsa sí y allí era una secreto a voces. La misma pregunta le cabe a la AMV. Más grave aún, ¿por qué no actuó, si para eso se creó?
La segunda lección: se le deben dar las facultades a la Superfinanciera para ampliar su vigilancia, actuar y prevenir estos hechos. Si hubiera actuado antes habría sido acusada de pánico económico. Hoy sólo lo puede hacer cuando ya hay una cesación de pagos. Las funciones y los recursos de la AMV se le deben trasladar a esta entidad estatal y darle aún más herramientas y protección legal para ser el verdadero policía del mercado de capitales y financiero en el país.
Lo más grave es que manipular una acción como la de Fabricato muestra lo fácil que es hacerlo nuestro país. El terror de invertir en la Bolsa hoy es que esto pasa con otras acciones. No hay transparencia en el mercado, ni información precisa para que todos, incluyendo los medios, puedan servir de reguladores del mercado. Una economía débil en la calidad y manejo de la información sigue destinada a ser manipulada, concentrada y a no ser motor del desarrollo del sector privado.
Esto desde luego nos lleva a otro tema. En lo económico es una vergüenza. La entrevista de la W con Juan Carlos Ortiz, uno de los protagonistas del escándalo, muestra en qué andamos. Información light, nada de análisis, nada de investigación. Hoy la información económica es de boletín de prensa. Ningún medio se preguntó cómo el fondo Premium ganó plata en el derrumbe económico del 2008. Y si esto es lo que reciben los ciudadanos informados, ¿qué reciben los inversionistas de a pie? Juegan a la ruleta rusa con su dinero, no nos digamos mentiras.
La debida diligencia de un inversionista es tan precaria que muchos de los que ahorraron en Interbolsa nunca supieron que ellos fueron sancionados duramente en 2003. O que Juan Carlos Ortiz había sido expulsado de la Bolsa de Bogotá en los 90. En Colombia hay total impunidad para los que se roban los ahorros de otros con estos juegos financieros sofisticados. Ni siquiera hay sanción social, así que los Ortiz, Jaramillo o Maldonado de hoy y de mañana saben que se salen con la suya.
Hablando con muchos conocedores me quedó sonando una frase: “Los de Interbolsa eran tan buenos que hasta algunas cosas legales hicieron”.
¡Qué horror!
fsantosrcn@hotmail.com
@fsantoscal
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