Columna


Irán, la Cumbre y Obama

DARÍO MORÓN DÍAZ

11 de abril de 2015 12:00 AM

En Lausana, Suiza, los Estados Unidos, Irán, China, Rusia, Francia y Alemania, sellaron un acuerdo destinado a tranquilizar el panorama conflictivo en la meseta de Irán, en razón al temor de que los iraníes elaboren armas de destrucción masiva. El presidente Hasan Rohaní, de Irán, aceptó reducir la elaboración de material nuclear: enriquecimiento de uranio, el uso de centrifugadoras, etcétera; lo que significa que Irán no podrá construir bombas atómicas. Como contraprestación a ese país en el acuerdo se establece la suspensión de las fuertes sanciones económicas que le había impuesto la ONU, en consecuencia los iraníes podrán volver al mercado internacional sin restricciones de tipo económico y financiero.

El acuerdo indudablemente representa un triunfo para el presidente Barack Obama, que en este caso puntual demuestra que es amigo de los acuerdos y conversaciones y no de las invasiones y la guerra como ocurrió en Irak durante el gobierno de George W. Bush, que con la falacia de las armas de destrucción masiva ordenó la invasión a Irak. El próximo mes de junio se deben concretar tales acuerdos y así se daría un paso definitivo para disminuir las tensiones en esa zona neurálgica y vital debido a su riqueza petrolera. No obstante, ya surgieron los contradictores al acuerdo, principalmente el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu y del Rey Salma, de Arabia Saudita, enemigos de Irán, que están contra el acuerdo en cuestión. Lo francamente inverosímil es que Israel desde hace años posee un arsenal nuclear que incluye bombas atómicas, sin que se conozca quién autorizó que ellos puedan fabricar armas de destrucción masiva. El presidente Obama también enfrenta a la extrema derecha de su país, los republicanos, que se convierten en antagonistas a todo lo que haga y diga el mandatario demócrata.

En la Cumbre de Panamá Barack Obama se encontrará con el presidente de Cuba, Raúl Castro, encuentro trascendental que refuerza de esa manera la política de apertura diplomática entre las dos naciones. Esa decisión afortunada de Obama amplía más los avances en la reapertura y el levantamiento del embargo, que tanto perjuicio ocasionó en los últimos 50 años al pueblo cubano. También en este entorno Obama, como en el caso de Irán, enfrenta la oposición de los parlamentarios republicanos en el Congreso, que en esa materia son más fundamentalistas que los fanáticos religiosos de otras latitudes.

El encuentro entre Obama y Castro es el elemento fundamental de la “Cumbre de la Prosperidad con Equidad” y no otro, como intentan hacer creer algunos interesados en pescar en río revuelto.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.
dmorond@gmail.com

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