Columna


La ciudad de la esperanza

BERNARDO ROMERO PARRA

27 de diciembre de 2017 12:00 AM

El Alcalde (e) de Cartagena Sergio Londoño Zurek, propone que reconozcamos esta capital como “la ciudad de la esperanza”, término llamativo e innovador con un profundo significado, pero requiere una ardua pedagogía comprenderlo frente a la gran indiferencia de la ciudadanía, que hace muchos años perdió ese estado que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea, y este es el punto crítico, porque como comunidad macro no hemos podido identificar cuáles son las metas que debemos alcanzar.

Sembrar esperanza debe basarse en invertir primero en la superación y desarrollo humano, sacando al ser cartagenero de la miseria y la postración con capacitación laboral y financiando proyectos que generen ingresos para satisfacer las necesidades básicas como paso previo solucionar otras carencias sociales, lo cual se podría lograr en una alianza integral con entidades como el SENA y el apoyo de organismos de cooperación internacional.

El trabajo social conjunto para restaurar la familia es inaplazable cuando en un “hogar” sus integrantes no se tratan por sus nombres sino por apodos, nadie se respeta entre sí, imperan las palabras obscenas y los mayores se abstienen de reglar el comportamiento a los menores que crecen silvestres; los hijos van a la escuela si quieren y el padre de familia prefiere beberse una cerveza que aportar alimentar bien a su hijo. Es necesaria la intervención del Estado con políticas públicas que paren la degradación del ser y den esperanzas a la juventud, cuyo futuro es incierto, por no llamarlo nefasto, en numerosos sectores, con jóvenes protagonistas del crimen y la delincuencia, que mueren jóvenes; y luego generar en las juventudes sueños de realización personal, la que es una acción humanitaria que debe estar vinculada a programas de formación y financiación por parte del Distrito.

Urge crear capital social liderado por el Gobierno, con igualdad de oportunidades para disfrutar derechos y cumplir deberes sin discriminación, en especial a la juventud, la que se merece todo el auspicio, pues es la encargada de hacer realidad las esperanzas. Un medio para lograrlo es la transparencia en la administración pública, el aviso de banco virtual para inscribir hojas de vida para las órdenes de prestación de servicio en la Alcaldía. Sería un paso valioso que no debe quedar en intenciones, porque sería una inocentada más de las que se hacen mañana 28 de diciembre.


 

 

 

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