Columna


La ideología

MIGUEL YANCES PEÑA

24 de octubre de 2016 12:00 AM

Para crear riqueza, competir, e innovar es necesaria la concentración de recursos: la unión hace la fuerza, reza el refrán que lo refuerza. 

El tema es, cómo se administra esa concentración de recursos: si lo hace el estado, se está en una economía comunista; si los particulares mediante una variada gama de esquemas organizativos posibles, como la propiedad individual, la sociedad limitada, el cooperativismo, la propiedad democratizada vía la participación accionaria, entre otras, o cualquiera que se idee, se trata de una economía capitalista. 

El capitalismo en mercados bien diseñados y vigilados, con libertad de entrada y salida, y de precios, es la mejor forma conocida de organizar la actividad económica de un país. El estado nunca tendrá, ni el estímulo, ni la capacidad administrativa de la iniciativa privada. Su función es la de promover el progreso, crear las oportunidades de proveerse ingresos y prosperar, y garantizar a la población los servicios públicos básicos de agua, energía, electricidad, comunicaciones, y vitales de vivienda, salud y educación. La gratuidad, propia de los regímenes comunistas, no es posible con recursos finitos, ni conveniente, porque mata el espíritu emprendedor que es el verdadero motor del crecimiento económico y humano. 

Pues bien, en los acuerdos, la Reforma Rural Integral (RRI) la entendí como la implantación de una economía socialista (una arista del comunismo) que, en lugar de propiciar la concentración de la tierra bajo esquemas modernos de asociación y administración, la divide en parcelas sin ninguna posibilidad de sobrevivir en un mundo como el de hoy, sin la protección y la participación del Estado (seudo monopolios estatales). Esas formas de producción son anacrónicas, y está en los acuerdos con el agravante de haber pretendido dejarlas “indelebles” en el articulado de la CN mediante el troyano que se cayó con el plebiscito. Ya veremos si resucita con los nuevos acuerdos.

Es cierto que en los acuerdos no se le ha entregado el estado a la Farc, ni se ha creado un estado comunista (salvo en el campo). Pero la ideología marxista-leninista que nunca han ocultado (ni antes, ni ahora), las ventajas concedidas, y el anuncio del “uso de la palabra” como forma de lucha (visto está que sin ningún límite ético o moral), la llevarán pronto al poder; olvidarán todo lo prometido; se pondrán al servicio de países que ya han avanzado en esos regímenes, y aun contra sus propias creencias actuales, seguirán las lecciones del extranjero: como Fidel y Chávez en su momento, y como nuestros gobiernos hacen con las del capitalismo. 

Ing. Electrónico. MBA.
movilyances@gmail.com  

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS