Columna


¡La indolencia, estúpido!

FRANCISCO ANGULO GUERRA

15 de enero de 2015 12:00 AM

Aquí vivimos narcotizados por la belleza de la Zona Histórica, que poco tiene que ver con la vida de quienes habitamos este desastre que comienza en la rebatiña de Bocagrande y termina en la miseria de la Zona Suroriental, Ciénaga de la Virgen, y otros barrios periféricos. Parodiando la famosa frase de Clinton, ¡Cartagena no es “la fantástica”, estúpido, es la indolente!

Las últimas alcaldías solo taparon huecos, en sentido figurado o textual. Ninguna siguió un plan integral para ampliar vías y servicios, que después de 50 años necesita una ciudad que pasó de 250 mil habitantes, a un millón. Tenemos las mismas vías de hace medio siglo: la principal será dedicada parcialmente al tragadólares de Transcaribe, del cual dice el economista Daniel Toro que ha costado más de 50 millones de dólares por kilómetro, “costo escandaloso frente a los de proyectos similares alrededor del mundo.” La Santander es un chiste destapado que se lleva el mar. Sus espolones en el Cabrero casi desaparecen, y ¿qué se hace? ¿Hay un plan con recursos? Salvo los espolones del Túnel de Crespo, ¿hay algún plan integral para proteger las costas? Sospecho que no, pero eso sí, en esa misma avenida la Administración se dejó imponer el insulto al paisaje del puente de Crespo.

Hace más de dos décadas estuve en el equipo que diseñó el Proyecto de Caños y Lagos de Cartagena, pero, ¿quién se acuerda de esos cuerpos de agua aparte de los invasores de cuello blanco o gris? ¿Dónde están los estudios y recursos para evitar las inundaciones del calentamiento global? ¿En menos de un mes olvidamos las últimas inundaciones de Bocagrande y del Centro? La Bahía se colmata bajo miles de toneladas diarias de fango, y debajo están las toneladas de excrementos consolidados por décadas de verter las aguas servidas antes del “Emisario final”. Aquí no hay suficientes hospitales, ni son eficientes, ni son tales los pequeños puestos de salud de los barrios.

Fui a Barranquilla y confieso con dolor que mi admiración por ella crece en proporción inversa a mi desencanto por Cartagena, mi tierra natal. Fui a la clínica Porto Azul, que nada envidia a cualquier buen hospital de Miami. Barranquilla es una agradable ciudad que prospera, en contraposición a la nuestra, donde solo hay “progreso” en dos o tres puntos. Barranquilla tiene muchas y buenas avenidas, recuperaron el Centro, trabajan en el gran parque lineal del Río Magdalena y Bocas de Ceniza. Muchos barrios de diferentes estratos están pavimentados y arborizados. Hay muchos apartamentos de estratos 4, 5 y hasta 6, en sitios buenos y a precios razonables, a diferencia de los de aquí. La gente es servicial, cosmopolita y simpática. ¿Qué más pedir? Pero eso no es gratis, los barranquilleros eligieron de alcaldesa a una pequeña gran mujer.

*Rotaremos este espacio para mayor variedad de opiniones.

COLUMNA MÓVIL*
FRANCISCO ANGULO GUERRA
fcoanglo@une.net.co
 

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