Columna


La paz, la tarea

DARÍO MORÓN DÍAZ

23 de noviembre de 2013 12:02 AM

El presidente Juan Manuel Santos al posesionarse el 7 de agosto de 2010 fijó como meta de su gobierno lograr la paz para Colombia; de esa manera dio inicio a las conversaciones de paz con la Farc en la Habana. Este 20 de noviembre, anunció que aspira a la reelección con la finalidad de terminar esa tarea. Durante estos tres años de su mandato corrigió los desaciertos de los mandatarios anteriores que con un talante guerrerista insistieron en la confrontación en medio de un conflicto interno que tozudamente desconocían. Esa política guerrerista finalmente no dio resultado y por el contrario mediante pactos sospechosos diseminó la inseguridad en las ciudades donde las bandas criminales recibieron una patente de corso sin beneficio de inventario.

En estos tres años se logró el reconocimiento de las víctimas mediante la Ley de víctimas y así mismo se procedió a la restitución de tierras a los desplazados. Ese y otros beneficios encaminados a llegar a la paz ha sido la tarea del presidente, el balance final estará sometido al veredicto de la historia. El presidente  aspira a la reelección a fin de continuar hasta la meta final en un país donde los colombianos en la selva y en las ciudades no exhiban la condición de parias signados por el sino siniestro de usar las armas con ánimo fratricida.

Con su aceptación a la reelección para el período 2014-2018 el presidente compromete a la nación hacia un norte diferente al de la guerra eterna y al de una violencia que de contera no permite alcanzar la prosperidad en todas las regiones de Colombia. Sin olvidar que el conflicto sectoriza el progreso hacia determinadas regiones convirtiéndolo en inequitativo y mezquino.

La reelección del presidente Santos servirá como antídoto contra la violencia, la guerra y la inseguridad. Permitiendo a la vez la consolidación y acentuación de la democracia como elemento fundamental de participación ciudadana. Es preciso agregar que en el preámbulo de la nueva Constitución de 1991, la del Estado social de derecho, se incluye a la paz y por tanto debe ser un compromiso no sólo de sus gobernantes sino de toda la institucionalidad.

“Ningún presidente en el futuro le debería decir a una madre que sacrifique a su hijo por una guerra sin fin”. (1) No deben los hijos de los campesinos y los sectores más desprotegidos ser enviados a enfrentarse y matarse con otros de su misma condición.

Con la reelección del presidente Santos los colombianos se enfrentan al dilema: apoyar y lograr la paz o continuar inmersos en la violencia y la guerra.
(1) Discurso del presidente Juan Manuel Santos.

*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.

dmorond@gmail.com

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