Columna


La San Juan de Dios

CARMELO DUEÑAS CASTELL

20 de agosto de 2014 12:02 AM

Joao Cidade Duarte nació el 8 de marzo de 1495. Tuvo una infancia y juventud difíciles. Al oír un sermón de San Juan de Ávila se trastornó tanto que lo encerraron por loco en el Hospital Real de Granada. Allí aprendió de los enfermos y luego de un largo peregrinaje montó su primer hospital. El obispo de Granada lo bautizó como Juan de Dios. Sus obras y sus seguidores se multiplicaron. Desarrolló métodos novedosos de atención en salud, fue pionero de los derechos del enfermo y luchó por una atención con dignidad. Rescatando a un joven en una crecida del río pescó una neumonía y falleció el 8 de marzo de 1550.

En la frase “hacer el bien, bien hecho” se resume su filosofía de sacrificio y de vida que justificaron su canonización. Fue nombrado santo patrón de los hospitales y de los enfermos. Tuvo una vida tan prolífica que hoy la orden hospitalaria San Juan de Dios tiene más de 330 centros de atención en el mundo con más de 33.000 camas y unos 50.000 hermanos, colaboradores y empleados que atienden más de 20 millones de pacientes por año. Con la misma filosofía y sacrificio tres hermanos de la orden y varios colaboradores han fallecido por Ébola en África.

La Clínica San Juan de Dios en Cartagena, extinta clínica del Seguro Social, es una excelente edificación con una estructura física y localización envidiables. Hoy sigue siendo ejemplo de arquitectura sanitaria.

No es comprensible que la orden tenga que salir de la clínica. Solo las incongruencias e injusticias de nuestro sistema de salud pueden explicar que una orden tan exitosa haya tenido un fracaso económico tan grande.

En la clínica se han salvado miles de vidas, se han formado multitudes de profesionales de la salud. De ella viven centenares de sacrificados trabajadores que de manera estoica han tolerado retardos en pagos, remuneración reducida y los excesos de trabajo de tener que atender un gran porcentaje de la salud de la ciudad.

La orden hospitalaria entregará la edificación el 30 de septiembre y aún no se sabe quién la manejará. Hay proponentes internacionales, nacionales y locales. Dicen que con la experiencia suficiente para evitar otro fracaso. La orden San Juan de Dios tiene más de 450 años y ya vieron lo que pasó. Esperamos que la transición no sea traumática y que el primero de octubre las puertas de la nueva institución sigan abiertas atendiendo a los miles de pacientes que la necesitan. Sin embargo, igual que a los angustiados empleados nos asalta la inquietud de un posible cierre. En ese caso esperaríamos que fuera muy corto, pero ya nos ha pasado. El Hospital Universitario estuvo cerrado durante varios años sin que aquí pasara nada diferente al trágico paseo de la muerte por falta de camas. Por el bien de todos, esperamos que haya continuidad y la institución quede en buenas manos. Habrá que encomendarnos a San Juan de Dios.

*Profesor Universidad de Cartagena
crdc2001@gmail.com
 

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