“La Señora”, con este apelativo conocen los subalternos a Enilce López; pues bien, sucede que ahora en el departamento de Sucre le salió competencia; "La Señora" de Sucre, identificada así por sus lugartenientes, es María Victoria Sotto de Guerra, esposa del gobernador de Sucre, Julio Cesar Guerra Tulena.
Desenfrenada y con perjuicio para Sucre así se desenvuelve “La Señora”. Todo lo maneja y atropella, cual “capo”, con la esperanza de no dejar huellas; no se le escapa de su mochila azul lo que debe aportar la cafetería de la gobernación, ni los multimillonarios contratos.
“La Señora”, como patrona que se respete, tiene su séquito, que muestra cual sombra, que hasta a la China con el erario de los sucreños viaja cómo lo hizo la secretaria privada Gina Harb Feris, que según documento oficial de la gobernación fue a “visitar” Beijing y Shanghai, de la provincia de Guangdong, con un costo para el erario sucreño de $30.987.500 más los del gobernador de $32.157.500 para un total de $63.145.000, según resolución 1954 de 2014 de la gobernación. Saber que más de una vez funcionarios no salen a comisiones importantes dentro de Sucre porque no hay con qué.
Son muchos los actos que llaman la atención de la corrupción “legal” de la banda de los cuatro relacionados con la gobernación de Sucre. Es así como en una hasta hace días propiedad de la familia de Gina Harb, se esté levantando un suntuoso edificio, que años atrás estuvo cual pasivo estéril y ahora precisamente que ella está en el poder, las columnas imponentes se alzan desafiando las alturas en manos de otros dueños; pero bueno a la gente se le otorga el principio de la buena fe, aun cuando son desconcertantes estas casualidades.
David Guerra, sobrino del gobernador, ojalá se permita decirnos, así sea a los jueces en años que es lo que está pasando con las diversas contrataciones que nunca dice saber nada y que en la gobernación responden cínicamente "revisada la planta de personal” y el señor David Guerra no aparece. ¿Tuvieron que buscar?; ¡Qué burla! Que nos responda David Guerra, la otra sombra de “La Señora”, ¿qué tanto ha crecido su patrimonio y el de sus allegados?
Seguimos con el arrastre de Sucre donde al rector de la Universidad de Sucre, Vicente Periñán, le han insinuado por emisarios de la gobernación –según él- que se siente a conversar de asuntos financieros de la universidad con el particular trabajador de “La Señora”, el contador Ronaldo Herazo, encargado de negocios y hasta de acomodar la mochila azul; propietario en ebullición. ¿Entes de control dónde están?
Con templanza dice Periñán –quien ha conducido responsablemente y por buen rumbo a la universidad-; que “La Señora” que ingresa a reuniones oficiales del gobernador, opina y manda, le ha propuesto a él actos de "negociación" a los que se ha negado rotundamente; porque "si abro la puerta de negociar la universidad, nunca más la podré cerrar”. Lo quieren sacar y no será fácil.
¿Será por ello que multimillonarias contrataciones han ido a parar a la Corporación privada CECAR de Sucre, en vez de fortalecer lo público como es la Universidad de Sucre que ha quedado rezagada cómo lo muestran los contratos dados por la gobernación a CECAR? Entre los contratos a CECAR están “para aunar esfuerzos humanos, físicos y financieros”, por valor de $6.389.098.032; “implementación de modelo hidrológico ambiental”, por $3.957.865.800; “fortalecimiento de la cultura ciudadana”, $8.417.374.648; “formación en capacidades en ciencia”, $7.589.179.607; “Instituto de investigaciones biomédicas, $2.625.669.458, muy escasos de ellos compartidos y con el mando de CECAR, los demás solo CECAR, entonces ¿Unisucre dónde queda? Respeten y tengan un poco de piedad de su avaricia con la Universidad de Sucre; eso es sagrado de nuestros jóvenes.
Los corruptos conocerán la cárcel, solo es de paciencia, porque lo demás es silencio sepulcral en Sucre como cuando estaban los paras y ahora “La Señora”.
Coletilla. Se prepara protesta por la dignidad de Sucre, donde se encadenarán cien personas en la Gobernación con retratos hablados de la banda de los cuatro.
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