Columna


Las fiestas que nos merecemos

AMÉRICO MENDOZA QUESSEP

23 de febrero de 2016 12:00 AM

Siempre me he preguntado si las festividades que se realizan en noviembre son las que nos merecemos en esta ciudad y una y otra vez la respuesta es no; quienes pueden, se van a otros destinos nacionales o del exterior, mientras que un grueso número de cartageneros se encierra huyéndole a la fatalidad propia de una anarquía centrada en el consumo desmedido de alcohol y el desorden lindante con el vandalismo.

Entre tanto los referentes de festividades parecidas como el Carnaval de Río de Janeiro, en Brasil, es un foco de atracción de brasileros y extranjeros que se vuelcan al sambodromo a escuchar el ritmo de la samba y a observar lo cadencioso de las garotas, sin olvidar los ritos paganos en honor al rey momo, antiguo dios griego de la magia y hechicería; y qué decir del Carnaval de blancos y negros en Pasto y que corresponde a la fusión de culturas provenientes de Los Andes, la Amazonia y del Pacífico, combinando lo indígena con las expresiones raciales negras con las europeas de origen portugués y español.

No podría faltar el Carnaval de Barranquilla, heredero de una gran parte de nuestras expresiones culturales, pero mejor dirigido en cuanto a organización, incentivo a grupos y matices culturales, hoy reconocido como un icono del folclor caribe en el que concurren grupos culturales, comparsas, de danzas, disfraces de todos los matices y un sinfín de agrupaciones musicales, que han hecho posible un reconocimiento por parte del congreso colombiano como patrimonio inmaterial de Colombia y de la UNESCO, como patrimonio oral e intangible de la humanidad.

Mientras tanto Cartagena retrocede en festividades, folclor y expresiones autóctonas, la organización y los eventos se han debatido en la mendicidad, las autoridades improvisaron al resolver sobre la marcha las cosas y hoy tenemos un remedo de festividades inferior a lo que nos merecemos, pues de no ser por el Concurso Nacional de Belleza, que sí tiene vida propia y autosostenibilidad, probablemente la conmemoración de las fiestas de independencia se habrían reducido a su mínima expresión.

Se requiere una gran cruzada para el emprendimiento cultural, para que nazca un ente capaz de trabajar todo el año en función de organizar y convocar a folcloristas, intelectuales, grupos folclóricos, de danzas y comparsas, para avanzar en el rescate de lo nuestro y conseguir una importante posición en el ámbito nacional e internacional como esa ciudad heroica que ha sido capaz así como lo fue en el pasado en libertad, en esta ocasión de defender sus expresiones culturales carnavalescas para el disfrute de Cartagena y del mundo.

*Concejal del partido ASI

clamuro13@gmail.com

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