Columna


Las memorias de Juan José

GABRIEL RODRÍGUEZ OSORIO

10 de septiembre de 2018 12:00 AM

He recibido con honor hacer un comentario sobre el libro ‘Mi genealogía y Memorias’, de Juan José de la Vega Angulo, en el que se conoce al detalle el frondoso árbol genealógico de la ilustre familia de la Vega. Árbol cuyas raíces están unidas a las familias más notables del país. Este libro, rico en relatos muy gratos, nos deja ver el entronque de este distinguido linaje cartagenero con acontecimientos no solo de la vida nacional, sino también de la historia universal. Como la de un antepasado de la rama Gerlein: el sargento mayor Johan Frederich Gerlein, tatarabuelo del autor, quien combatió a Napoleón en 1815, al mando del mariscal Von Blucher en la batalla de Waterloo, donde el gran Corso fue derrotado. Como por la familia de su madre, los Ángulo (mis parientes además) en quienes hay una clara estirpe de ministros de Estado y hombres notables en la vida nacional. Como los De la Guardia en otros países; Panamá y Costa Rica, donde algunos de sus miembros han sido presidentes.

Como por los de la Vega, donde no se sabe cuál es más ilustre; desde su trastatarabuelo el capitán Juan Nepomuceno de la Vega Urueta, quien acompañó a Bolívar en la Campaña del Magdalena, que se casó con la hija del prócer de la independencia, Sebastián Osse, hasta los de la Vega de hoy, quienes siguen descollando con luz meridiana en el acontecer de la vida colombiana. Pasando por José de La Vega Vélez, escritor pródigo, senador diplomático, muy amigo del presidente Laureano Gómez, cofundador del periódico El Siglo, de quien dijo Silvio Villegas: “No fue un teórico, ni un empírico sino un hombre de Estado”.

Fernando de la Vega Vélez, también senador, diplomático, escritor prolífico, académico, fundador de la Academia de Historia de Santander, rector de la Universidad de Cartagena, erudito de la vida y obra del presidente Rafael Núñez.

Ramiro de la Vega Angulo, cuya tesis de grado en la Universidad de los Andes fue comprendida mucho tiempo después por lo compleja, y tuvo que ser llevada a Alemania para su total comprensión. Quien mereció la máxima distinción de ese claustro con la orden de “Seneca”.

Sabas Pretelt de la Vega, ministro de Estado y amigo personal del presidente Álvaro Uribe Vélez.

Pero la vida del autor de este libro, es el ejemplo claro que la casta De la Vega Angulo, Gerlein, De la Guardia, Vélez, Osse, Urueta, han sido el muro de contención para no discurrirse para siempre en los caminos de la bohemia, sino la del hombre superior que se restaura en el amor de Dios y de los suyos. Si la vida de Juan José de la Vega Angulo fuese conocida por los escritores de Hollywood sería con seguridad llevada al cine. Porque es la vida de un intelectual y hombre de mundo, que ha bajado al infierno de Dante a conocer los sinsabores del averno. Pero que después de vivirlos sube como un meteoro a las huestes del Dios de los cielos.

gabrielrodriguez@ibrinmobiliaria.com
 

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