Columna


Las poesías de Gustavo Balanta Castilla

ALCIDES ARRIETA MEZA

28 de septiembre de 2018 12:00 AM

En el centro de formación española, el 18 de Octubre, Gustavo Balanta Castilla, prototipo de un líder innato, luchador incansable, aquejado por las falencias de un corazón que no obstante las debilidades de su funcionamiento, presentará en formato virtual un poemario que contiene cantos a la vida, a la cotidianidad y a la defensa de lo que es su misión de vida, la defensa de las comunidades negras, raizales y palenqueras.

Balanta, en su abnegada batalla por el reconocimiento de los derechos de los afrodescendientes, se inspira en nuestros padres ancestrales. Benkos Biojó, negro cimarrón traído de Guinea, líder de los palenques de La Matuna y de los Montes de María, artífice a costa de su vida, que San Basilio fuera el primer pueblo libre de América; en el haitiano Alejandro Petión, militar fundamental en la independencia de nuestra América y en el inmortal; Nelson Mandela, activista contra el racismo y el apartheid, primer presidente negro de Sudáfrica, y en los Orishas, fuente espiritual de su fe.

Balanta, ejemplo de compromiso altruista por las causas sociales, hace años también dirigió un noticiero estrella, en La Voz de las estrellas. Allí fue maestro de análisis, objetivos, imparciales, independientes y éticos. En ese escenario periodístico, reseñó y delineó la realidad política social y económica de la ciudad, con la sencillez informativa que hacía de su noticiero una escuela de formación.

Ahora en esta nueva etapa de las letras incursiona en la poesía, allí encontró inmenso espacio para contextualizar en encajes de colores y en doradas palabras, sus emociones, sentimientos, y sensaciones.

El poemario canta al amor, describe los problemas de la vida social y la lucha por la eliminación del racismo y la discriminación en todas sus formas. El prólogo cuenta con la lírica de Pedro Blas Julio; de la escritora, poeta y sacerdotisa yoruba, Ashanti Dinora y del periodista Ruben Darío Álvarez.

En el acto, nuestro hermano negro no tendrá todavía un nuevo corazón, sino a todos aquellos y aquellas personas que le apreciamos, y que de suyo le seguiremos motivando para que siga viviendo. Este hijo de Eleggua, de seguro, abrirá una vez más, los caminos de su vida.

Balanta ganará esta batalla, por cuanto el dueño de la casa del cielo, aún no lo ha llamado, porque sabe que aún lo necesitamos. Es tiempo entonces, de producir hechos mariales para colaborar con la sanación de este amigo, ejemplo de humildad y resistencia.

Balanta hace parte de ese destacado grupo de periodistas, portador de talento privilegiado, generador de enseñanzas que sirvieron y sirven de base para  la concientización étnica. 

Balanta amigo cercano, lleno de humildad y carisma, propio de la espontaneidad africana, caracteres naturales que tienen la fuerza ancestral de hermanarnos, por cuanto los afros somos parte de una familia, unidos por la historia y la genética.

Balanta, no solo es crítico procaz, es también poeta. Su poemario es una mezcla de realidad y ficción, es decir, denota en el líder afro “la facultad humana para representar mentalmente sucesos, historias o imágenes de cosas que no existen en la realidad o que son o fueron reales pero no están presentes”, por ello el 18 de octubre, concurriremos a la cita que tenemos con nuestro amigo.

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