Columna


Las reformas

MIGUEL YANCES PEÑA

04 de marzo de 2013 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

04 de marzo de 2013 12:00 AM

El Gobierno nacional ha presentado al Congreso dos reformas de gran impacto social: la reforma pensional y la de la salud. Dicen los politólogos que buscando sumar puntos a la reelección, cuando bien podría terminar restándoselos.
Empecemos por la salud. En palabras del ministro, desaparecerán las EPS como intermediarias en el manejo de los recursos del sistema, y quedan como simples receptoras, formuladoras de medicamentos y remitentes de los pacientes hacia las IPS.
Los dineros de los aportes serán recaudados por una sola entidad del orden nacional (Misalud se llamará), muy similar en su estructura y concepción a Colpensiones, que se encargará de pagar a los que prestan los servicios de salud (EPS e IPS). Como no habrá dolientes –salvo los pacientes- porque las EPS ya no corren con los costos, pregunto ¿quién vigila y quien audita, si el Estado es la contraparte de ambas y la Súper sirve para nada? Se podrán imaginar el cúmulo de solicitudes de pago por pacientes fantasmas que aparecerán.
Por otro lado se elimina la integración vertical (no más EPS con su propia IPS) lo cual, espera el ministro produzca competencia entre las IPS y mejor remuneración de los empleaos de la salud. Válido lo de la integración, pero respecto a lo segundo, al haber un solo pagador, este fijará la remuneración y estimulará el surgimiento de un sindicato más fuerte de lo que eran los de Telecom y Ecopetrol.
Por otro lado, como el sistema de salud no satisface las exigencias de quienes tienen con qué pagar por la consulta, estos han terminado afiliándose a la medicina prepagada. El ministro anunció que para evitarles el doble pago, la reforma permitirá deducir de los aportes que hacen los afiliados al sistema obligatorio (POS), el monto que paguen en la medicina prepagada. Apenas justo, pero la medida fortalecerá a estas últimas a expensas del régimen solidario.
El escenario que se hacia el futuro, es el de un sistema subsidiado, politizado, con exigencias crecientes y recursos decrecientes por culpa de la migración; y unas prepagadas con precios elevados (la mayor demanda de este sistema hará subir los precios). Un futuro en el que crecen los dos extremos (el régimen subsidiado y el de prepago) y desaparece el POS.
Lo positivo es que los del régimen popular (la fusión del subsidiado con lo que quede del POS) no tendrán que afiliarse a ninguna ÈPS, sino al sistema, acudirán a la más cercana y esta le facturará a Misalud.
La otra gran reforma que busca catapultar a Santos es la pensional. Los dos regímenes –de ser aprobada la reforma- podrán afiliar en el sistema de prima media con prestación definida (RPM, el actual de Colpensiones), y en el de ahorro programado (el de los Fondos) lo cual se bien: el Estado y los privados compitiendo con las mismas reglas producirá eficiencia, pero podría terminar quebrando a Colpensiones que quedará con las pensiones de la solidaridad social pero sin los recursos de quienes tienen más para aportar.
No obstante, si esta nueva reforma va acompañada de una total eliminación de los regímenes especiales con cargo al erario público, y respeta los avances de la anterior y los topes colocados en la CP mediante el AL 01 de 2005, será bienvenida.

* Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe

movilyances@gmail.com


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