Por estos días se viene hablando de la revocatoria del mandato del alcalde de Cartagena, instrumento diseñado para que las comunidades refrenden o desaprueben el desempeño del mandatario local.
Habiendo transcurrido un año del gobierno de Manolo, se colige que hay una franja insatisfecha o de oposición y otra gobiernista que se encuentra satisfecha.
En mis elucubraciones, pienso que esta es la visión de los dos bloques: el que impulsa la revocatoria, que para lograr validar su aspiración deberá conseguir que la Registraduría le admita cerca de 51.000 firmas, de los electores que votaron en las elecciones anteriores, lo que implica que tendrían que conseguir por lo menos 80.000 rubricas de ciudadanos, un proceso nada fácil y sumamente costoso, pues muchas de las firmas tendrían que recogerse casa a casa, es decir, esto es más difícil que el trámite que se hace para la inscripción de candidatos y seguramente, si miramos la logística, papelería, transporte, coordinación, almacenamiento y cadena de custodia de la documentación, cada firma estaría costando gestionarla aproximadamente unos $4.000, y estimo que la obtención de la validación de ese proceso, sería de aproximadamente unos trescientos veinte millones de pesos ($320.000.000), que no sé de dónde saldrían.
Y qué decir del proceso mismo de revocatoria, que en ambientación, transporte, publicidad, activismo y logística electoral, acarrearía gastos de al menos 5.000 millones de pesos, habida cuenta que tendrían que llevar a las urnas unas 132.000 personas, en donde la mayoría voten por el sí.
Visto desde este ángulo, no parece viable esta iniciativa y desde la perspectiva de la administración, esta cerró el año con la aprobación de algunos proyectos, como el sistema de drenajes pluviales, inauguración de escenarios deportivos, modernización del sistema de seguridad, reanudación de obras del sector de la salud, proyectos que han sido recibidos con beneplácito y seguramente van a mejorar la popularidad del mandatario.
A esto se suma que la inversión de 2017 será mayor que la del año anterior, lo que permite colegir que el esfuerzo revocatorio va a quedarse en el trámite inicial.
Es importante sin embargo, que se tenga este referente, como un hecho que invita a que cerremos fila en torno a la ciudad a fin de sacarla adelante y ojalá el alcalde convoque a un gran pacto por la ‘cartagenidad’, en el que confluyan todos los actores, a fin de jalar todos la canoa en un mismo sentido y lograr conducirla a puerto seguro.
Por lo pronto, señor alcalde, una sugerencia respetuosa es arrancar ya a cumplir con el plan de desarrollo aprobado a finales de mayo de 2016.
Concejal partido ASI
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