Columna


Los acuerdos (3)

MIGUEL YANCES PEÑA

19 de septiembre de 2016 12:00 AM

Continúo…

Respecto a la dejación de las armas -el único compromiso real de la guerrilla- es un tema asegurado, tanto en los acuerdos como en la voluntad de sus cabecillas: si el gobierno piensa que en 50 años no la pudo derrotar, ellos, que en 50 años no se pudieron tomar el poder. Ambas posiciones refuerzan la estrategia. 

Lo intentarán ahora mediante el voto popular, sin armas, dicen. Para lograrlo exigen todo: dinero, medios de difusión, protección y un cuerpo elite de la policía persiguiendo a quienes atenten contra los acuerdos y su ideología. El documento, redactado en su jerga, es una proclama reivindicatoria de las mujeres, los indígenas, los afrodescendientes, los indígenas, los LGBT, las víctimas; y así, a todos los que pudieron diferenciar. Pura demagogia electorera, tras los votos. Los del SI, creen que “nunca” lo lograrán; que “siempre” serán derrotarlos en las urnas (¿?). Los del NO, creemos que se están dando las condiciones. 

La prohibición legal de que personas condenadas en juicios puedan ocupar cargos públicos (de elección, o de nombramiento) obedece, en su espíritu, a la lógica de proteger a los ciudadanos contra el gobierno de personas que hayan delinquido: ni la amnistía, ni el indulto, limpian esa condición que es inherente al alma del individuo. 

Si lo anterior aplica a las dos ramas del poder público, en lo que respecta a la justicia, la tercera, con más razón, porque la pretensión de crear una jurisdicción especial es la de juzgar, infiltrando el nuevo tribunal, a sus enemigos consuetudinarios, como ejercito triunfal que juzga a los vencidos. Ya lo están haciendo.

La reparación a las víctimas es otro tema complejo, porque las hay de todas las condiciones económicas y sociales. Lo son quienes debieron contratar servicios de protección personal que al decir de la guerrilla deben ser juzgados; quienes quedaron en condición de discapacidad física o mental; quienes perdieron algunos de sus seres queridos, tierras, animales, en fin, la lista es larga, amén de que aparecerán expertos en fabricar víctimas que no lo son. Y porque la guerrilla no pondrá un solo peso (recibirá, como anoté arriba). Todo, saldrá de nuestros bolsillos. Ellos sacarán el provecho político, porque, sin los acuerdos -dirán- habría sido imposible la reparación. 

Pienso que todo lo que está escrito -salvo las gabelas- se pudo realizar sin dejar la sensación de que fue una conquista de la guerrilla. Si el gobierno no los persigue, o los dispersa, no hay guerra; es decir, hay paz.

Finalmente, me preocupa la verificación, porque estará dirigida contra el gobierno que tiene la parte más difícil de cumplir. Las fracciones de guerrilleros que no se acojan a esta propuesta, seguirán en la guerra sin que pueda reclamársele como incumplimiento a los que firmaron. Le cambiarán el nombre y cuento acabado.

Continúa…

Ing. Electrónico. MBA.

movilyances@gmail.com 
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS